Dios Siempre Está Con NosotrosMuestra
Dios, nuestra confianza
La protección de Dios se extiende sobre todo su pueblo. Los que somos de Cristo, los que somos sus hijos y hemos sido declarados justos por la fe en su muerte sacrificial y redentora, estamos en los brazos del Padre. Él es nuestra defensa, nuestro escudo, Él es nuestro guardador. El salmista lo ilustró muy bien cuando dijo que Dios está con nosotros desde ahora y para siempre. Saberlo y estar consciente de la presencia y el cuidado de Dios en nuestras vidas nos ayudan a confiar en Él y en sus promesas. Sal. 125:2
La palabra siempre, cuando es dicha por Dios significa siempre. ¡Cuánta paz debe proporcionarnos el saberlo! Porque nosotros fallamos, no siempre somos fieles, no siempre andamos como es digno de Él. Pero aun cuando esa es nuestra realidad los ojos amorosos de nuestro Padre se mantienen sobre nosotros siempre. El rey David, quien estaba muy consciente de su propia pecaminosidad, tuvo la fe y la convicción para confesar confiadamente que Dios siempre estaba con él. Fue por esa confianza que sabía que estando Dios con él no sería jamás conmovido. Saberlo le producía gozo en su corazón y le llevaba a la sincera adoración. Hch. 2:25-26
Es exactamente eso lo que ocurre cuando tenemos conciencia de la presencia de Dios en nuestras vidas, nuestro corazón se alegra. Puede ser que las circunstancias sigan siendo las mismas y que no haya habido cambio en el panorama, pero hay algo que cambia en nuestro interior. De pronto nos invade la seguridad de que el Dios Altísimo está a nuestro lado y nos sentimos fuertes y seguros. Nuestra alma se regocija en Dios y nuestra boca se llena de su alabanza.
Vers. Sal. 125:2; Hch. 2:25-26; 2 Ped. 1:4 (a)
Oración
Señor, hay momentos en que me siento desmayar, son momentos en los que mis ojos se posan en mis flaquezas y mi humana debilidad quiere apoderarse de mis pensamientos. Mas yo en ti confío, y sé que con tu infinita paciencia y tu continua misericordia me fortaleces y traes a mi mente tus “preciosas y grandísimas promesas” para mi vida. Gracias porque así como Jerusalén tiene montes alrededor de ella así mi Dios estás tú alrededor de mí para siempre. En el nombre de Jesús, amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
Recurrir a Dios en nuestro diario vivir es vital para el fortalecimiento de nuestra fe. Los compromisos y las agendas cargadas, no nos ayudan a mantener nuestros ojos en Jesús, y es probable que nos sintamos lejos, con la vista opacada y nuestros sentidos espirituales afectados. Es bueno que nos detengamos para recordar lo maravilloso que es tener a Dios siempre con nosotros.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://facebook.com/Grettchen-Figueroa