Confiando en Dios durante las pruebasMuestra

Céntrate en lo que nunca cambia

¿Te has preguntado por qué la vida es tan difícil? Vamos a admitirlo. La vida es compleja . Todos estamos de acuerdo con eso. No es fácil. Es difícil. ¿Por qué? Te voy a decir por qué. Debido a que Dios nos quiere cambiar y nosotros no queremos cambiar. Esa es la verdadera razón de toda la lucha en tu vida. Dios quiere cambiarte, Él quiere que crezcas, quiere que dejes de ser un bebé espiritual; Él quiere que seas un hombre de Dios o una mujer de Dios y nosotros simplemente no queremos. Queremos hacer lo nuestro. Queremos ser egoístas y egocéntricos. Queremos nuestros planes y nuestra agenda. No queremos ir con los planes de Dios. Y esa es la lucha.

Como todo va a cambiar, si no es que ya está cambiando, tú y yo necesitamos aferrarnos a algo que verdaderamente no cambie. Te tengo tres propuestas para que las consideres este día. 

1.El amor de Dios. El amor de Dios está basado en su carácter, no en el tuyo. Él se inspira en si mismo, más que en ti. Nada de lo que hagas bueno hará que Él te ame más, ni nada de lo que hagas malo, hará que Dios te ame menos. No importa lo que hayas hecho con tu vida, Dios dice: “Elijo amarte”. El amor de Dios no se basa en tu desempeño, sino que es parte de su carácter, y cómo Él no cambia, su amor tampoco. 

2.Las promesas de Dios. La Biblia dice que las promesas de Dios son sí y amén, para la gloria de Dios. Las promesas de Dios son depósitos de su gracia, las cuales podemos hacer nuestras por medio de la fe. Para cada circunstancia de la vida, tenemos a nuestro alcance una maravillosa promesas de Dios. 

3.El propósito de Dios. El plan de Dios para tu vida y para la mía es que lleguemos a la estatura del varón perfecto que es Cristo Jesús. Una y otra vez, el mensaje de la Palabra de Dios es que seamos transformados a la imagen de Su Hijo Jesucristo. Uno de los pasajes más amados y leídos de la Biblia es Romanos 8. Es la cima de esta poderosa carta. Ni hablar del versículo 28 que millones de cristianos han hecho suyo. El único problema es que el verso 28 no tiene sentido sin el 29, porque este último, en realidad, declara completamente cuál es el propósito de Dios: Veamos el 28: Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.

Pero, el 29, menciona el propósito de Dios. No solo se trata de que Dios use todo y lo transforme para nuestro bien, sino que su anhelo es lo que describe este versículo: 

Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Ser transformados a la imagen de su hijo. Así que Dios utilizará todo lo que esté a su alcance para hacer de ti un hombre o mujer con semejanza a su Hijo.