Propósito, No Venganza 

Seguro has escuchado varias veces la frase: 

“si no estuviste conmigo en mi proceso, no estarás en mi victoria”. 

Y aunque se escucha bonita, está muy distanciada a lo que nos enseña la biblia.

Los hermanos de José nunca imaginaron, que cuando fueran a Egipto para conseguir alimentos a quien encontraron gobernando sería al mismísimo José, aquel al cual maltrataron, odiaron y vendieron como esclavo. Pero mucho menos imaginaron que la actitud de José sería totalmente contraria a lo que ellos esperarían de alguien que recibió tanto maltrato de su parte.

No hubo reclamos, no hubo tiempo para pensar en el pasado; solo se podía perdonar. Porque solo una persona, que conozca el significado de propósito sabe, que cada marca, cada intento de aplastarte, cada intento de derribarte solo es una excusa de Dios para acercarte a tus sueños.  Tranquilos, dijo José, no se sientan mal por haberme vendido, porque Dios me mandó antes que ustedes para salvar vidas.

Ese húmedo hueco donde lanzaron a José, solo fue el pasaje para el viaje a su victoria. Es por esto que solo abrazó a sus hermanos y con lágrimas en sus ojos los perdonó y los amó, aún siendo ellos los causantes de su proceso.

No culpes a los que te rechazan, no odies a los que hoy te hacen daño, no sufras por aquellos que despiadadamente te critican y lastiman tu corazón. Ellos son un transporte que solo montas para llegar a tu final de grandeza.

Perdona, porque el perdón es el arma más mortal para destruir los fantasma de tu pasado. El perdón es una llave que abre las puertas de la salud de tu alma.

¡Perdona, ama, olvida!