El Sonido de Dios en Ti

Ya sé que pensaste que íbamos a hablar solo de José. Pero esta vez no se trata de su sueño, tampoco se trata del tuyo, se trata del sueño de Dios en ti.  Para esto quiero que me acompañes a Génesis 37 para que entiendas la importancia de que Dios deposite en ti sus sueños. 

José era un joven especial, era tan especial, que su padre decidió colocar en él una túnica de colores.  En esos tiempos, ese tipo de túnicas solo eran utilizadas por personas de alto nivel y de alta jerarquía.  Sus hermanos, al ver que José era especial entre ellos, lo aborrecieron. José había tenido dos sueños que ocasionaron que el repudio de sus hermanos hacia el incrementara.  Es por esto que un día mientras sus hermanos apacentaban las ovejas, ejecutaron un siniestro plan en contra de José.  Lo venden como esclavo y aquí comienza todo. 

Puede que la historia de José te parezca muy familiar por las innumerables veces que la has escuchado. ¿Pero qué tal si cambiaras el nombre de José y colocaras el tuyo? 

Tu también tienes sueños de grandeza, tu también has sido escogido, tu también tienes un destino. Pero no es un secreto para nadie, que te han herido, que te han humillado, que se han burlado de ti, porque tus sueños parecen demasiado grande para alguien tan joven como tu.  Muchos han criticado tus sueños, pero no los júzgues, una mente pequeña no puede procesar grandeza, es imposible que trates de meter un león en el hueco de una hormiga, porque simplemente no cabe. 

Tu grandeza despertará el odio injustificado de aquellos que no han logrado nada; pero tampoco te preocupes por esto, solo descargan sobre ti la frustración que sienten.  Te arrebataron la túnica, pero no el propósito, la ensuciaron con sangre mas no pudieron ensuciar tus sueños. 

Puede que justo en este momento estés experimentando la humedad del pozo, que nades en la incertidumbre de no saber a donde vas, porque todo parece retroceder.  Tus circunstancias actuales te hacen pensar que todo está mal; pero te tengo noticias, sin pozo no hay palacio, y aquello que piensas que es un retroceso, es solo el inicio del cumplimiento del sueño de Dios en ti.