[Serie Globos Amarillos] La receta para la victoriaMuestra

De mineral a oro

Helen Keller, tanto sorda como ciega, dijo una vez: “Todo el mundo está lleno de sufrimiento. También está lleno de triunfos”. Todo depende de la perspectiva que elijas tener.

Mientras sufrimos, nos sentimos incómodos. A menudo, el dolor que sufrimos no nos permite ver más allá de la angustia que experimentamos. Poner las cosas en perspectiva parece bastante imposible. Sin embargo, si queremos seguir a Jesús y ser Sus discípulos, negarnos a nosotros mismos y tomar nuestra cruz es obligatorio. En Cristo, lo que puede parecer una derrota total es una victoria.

La perspectiva mundana de la victoria es clara. Medimos el éxito por lo que acumulamos: fama, dinero o seguidores. Se mide por los tesoros físicos que ponemos en nuestros cobertizos de almacenamiento.

En contraste, la visión bíblica del éxito no tiene que ver con lo que podemos acumular sino con quiénes somos. Se trata de carácter. Ganamos la vida siendo, no obteniendo. La verdadera victoria es aprender a enfrentar nuestras pruebas con carácter.

Solo tomando esta visión del éxito podemos celebrar las pruebas. Como el mineral refinado por la presión, nos convertimos en lo que somos al enfrentar nuestras pruebas con coraje y una perspectiva adecuada. El carbón se convierte en diamantes por el estrés que se le impone. Lo mismo es cierto para nosotros.

Si tomamos la visión terrenal del éxito, tiene sentido evitar el dolor. ¿Qué ganancia hay en el sufrimiento? ¿Qué beneficio tangible obtenemos de nuestro dolor? En un sentido estrictamente práctico, el sufrimiento no tiene valor de mercado. Es un revés. La resistencia es un obstáculo que resta, más que una oportunidad para crecer.

Pero en la economía de Dios, el sufrimiento es un camino. Las pruebas son un campo de entrenamiento, una arena para desarrollar y ejercitar nuestro carácter.

Santiago nos dice que “nos gocemos” cuando nos encontramos en pruebas. Santiago presenta la vida como un partido de campeonato. Es una oportunidad para caminar con el Señor, superar la búsqueda de uno mismo, soportar y perseverar cuando enfrentamos pruebas.

Estamos siendo refinados como el mineral y convirtiéndonos en oro. No somos piratas reuniendo tesoros. Somos personas que se convierten en tesoros, persiguiendo el carácter y la perspectiva de Dios. La oportunidad que se nos presenta es para que nos volvamos completos, para ser todo lo que Dios nos creó para ser. La riqueza material termina en un vertedero, pero la riqueza espiritual es como el oro duradero.

El libro de Santiago nos enseña cómo ganar en la vida. Ganamos caminando en la fe (en lugar de nuestra propia fuerza) y en la sabiduría de Dios (en lugar de este mundo). La clave para vencer es superar las pruebas de la vida. ¡Este es uno de los ingredientes de la receta para la victoria!