Encontrando satisfacción en el trabajoMuestra

El trabajo será restaurado.

Dios puede preocuparse por mi trabajo hoy, pero no importará a largo plazo, ¿o sí?

Aquí están las buenas noticias: Cristo vino no sólo para redimir al mundo y nuestra obra, sino también para un día restaurarlo para siempre. El capítulo final de la historia redentora de Dios es la restauración, cuando habrá una nueva Jerusalén en un cielo nuevo y en una tierra nueva. Cristo regresará, la tierra y los cielos proclamarán Su gloria, y viviremos con Él por siempre.

Anhelamos que este día llegue. A través de esto y la gracia de Dios, vislumbramos la belleza en el mundo que nos rodea y podemos reconocer Su gloria en él. Sin embargo, Su belleza reflejada en Su creación hoy, es solo una muestra de lo que está por venir. Aguardamos el día cuando todas las cosas serán restauradas.

Una ciudad nueva

En Apocalipsis 21, aprendemos que la nueva Jerusalén es una ciudad física real, un símbolo de la cultura humana. Es la antigua creación restaurada, renovada y reedificada. La creación material de Dios de la tierra no se perderá en la restauración; sino que se renovará. El mundo físico actual no se perderá del todo para siempre.

Nuestro trabajo en la tierra tiene sentido y trascendencia eterna a medida que ayudamos a avanzar el jardín en Génesis a la ciudad nueva en Apocalipsis. Lo mejor del mundo físico actual se trasladará a la tierra nueva y será restaurado, y también lo hará lo mejor de nuestro trabajo. Si nuestro trabajo diario, es realizado para la gloria de Dios y el el bienestar común de los demás, de alguna manera lleva a los cielos y a la tierra nueva, entonces ¡nuestro trabajo actual está desbordado de valor incalculable y una eterna trascendencia!

Hechos a la imagen de Dios, debemos crear a través de nuestro trabajo cosas a partir de la materia prima que Él nos ha dado. Fuimos creados para ser colaboradores de Dios, para crear, edificar y moldear al mundo en beneficio de toda la creación. Es por esto que J.R.R. Tolkien, el reconocido autor de El señor de los anillos, llamó al hombre un subcreador. Tolkien también afirmaría que una de las formas en que el hombre glorifica a Dios es a través de la subcreación de obras que hacen eco de las verdaderas creaciones de Dios. Si bien nuestro trabajo ha sido redimido, este aguarda la Segunda Venida de Cristo para ser restaurado. Podemos disfrutar nuestro trabajo mientras nos damos cuenta que nunca será perfecto en el reino existente, pero sí en el próximo.

Reconocer que nuestro trabajo nunca será perfecto no nos da un pase. Dios todavía espera que trabajemos tan arduo como podamos para hacer lo mejor en lo que Él nos ha llamado a hacer.

La esperanza que encontramos en el Evangelio se aplica en nuestro trabajo y nos da una perspectiva eterna de trascendencia. El diseño de Dios para la humanidad es una cultura humana floreciente.

Así que, esforzándonos en glorificar a Dios en nuestro trabajo diario – ya sea ingienería, enseñanza, arte, leyes, medicina, teología, pasante, mercadotecnia etc. – ayudamos a lograr el florecimiento global que Él ha diseñado para Su creación.

Todo trabajo que honre a Dios es obra del reino.

¿Cómo transforma esto la forma en que ves tu trabajo?

Recursos adicionales

Aprende más acerca de cómo tu trabajo es parte de la grandiosa historia de Dios a lo largo de la Biblia en este libro, Entonces, ¿cómo debemos trabajar?