El tercer éxodoMuestra

Una cuestión interesante es que el adorador no puede volver atrás. ¿Te acuerdas de la división del Mar Rojo en el primer éxodo? Una vez que cruzó el pueblo de Israel, Dios no permitió que los egipcios cruzaran por tierra seca. Es decir, por más que querían volver, ya no podían hacerlo. Por lo tanto, tú tienes una nueva identidad en Cristo Jesús. Una vez experimentado el éxodo, el Señor exige a sus adoradores que vivan en santidad, porque tu identidad ha cambiado, pues ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús. Deja de pensar en Egipto, piensa en Canaán. Permite que tu santidad pública refleje tu adoración privada. Direcciona tus pensamientos como un verdadero adorador, y enfócate en el reino de Dios y su justicia.