El tercer éxodoMuestra

El primero y segundo éxodo se dieron en un marco político, pero Jesús dio a entender, más allá de las expectativas de la gente, que su reino no era de este mundo. El primer éxodo fue la liberación de Egipto, mientras que el segundo éxodo fue la liberación de Babilonia. Ahora, en el tercer éxodo, la liberación no consistía en la opresión de los romanos, sino del pecado. El adorador es aquel que ha experimentado esta liberación por medio de Jesucristo. Dios te ha dado una contraseña, y es JESÚS. Jesús es el que nos liberta de nuestros pecados. Jesús es el que nos invita a ser adoradores. Por lo tanto, tu enfoque no debe estar en la adoración ni en los adoradores, sino en Jesús, Quien es digno de toda adoración. Ya no preguntarás: “¿Cómo estuvo el culto?” “¿Te gustaron los coros que seleccioné?” Porque tu corazón no estará en la gente, sino en Cristo Jesús, el centro de tu adoración. No es quién adora, sino a quién está dirigida la adoración.