Unidos en CristoMuestra

La oración de Jesús

La división es la cultura de hoy. Las diferencias raciales, religiosas, de género, políticas y generacionales ya no se pueden discutir con cortesía y respeto. El ridículo y el desdén son las plataformas para debatir opiniones opuestas y, con demasiada frecuencia, el odio que da como resultado la violencia es el método preferido para encontrar una solución. Sin embargo, hay un grupo diverso de líderes cristianos que declaran que el mundo está en un viaje cada vez más rápido hacia la unidad. Y no solo lo estamos declarando, estamos profundamente convencidos de que este es el futuro.

¿Por qué estamos tan convencidos de que las cosas mejorarán, de que la unidad es posible? La respuesta se encuentra en el capítulo diecisiete del Evangelio de San Juan. Este capítulo se conoce como el testamento y la oración final de Jesús. En él, Jesús ora al Padre para que Sus discípulos sean uno. La cristalización de la oración de Jesús por la unidad es la única solución para el efecto decreciente de la Iglesia en un mundo que está esencialmente roto en su núcleo.

La base del mensaje de Jesús se encuentra en Sus actos seguidos a esta oración: son expresiones de Su amor. Los que forman parte del Movimiento Juan 17 son parte de un movimiento mucho más grande del Espíritu, que desea vivir el capítulo 17 de Juan.

Un estudio detallado del capítulo 17 de Juan, y de todo el Nuevo Testamento, revela que el resultado del amor es la unidad. La última noche de la vida de Jesús en la Tierra tiene un tema claro: el amor de Dios por nosotros y su deseo de que nos amemos unos a otros como Él nos ama.

Reflexiona

Cuando oramos, a menudo le pedimos a Dios que sea hecha Su voluntad en la Tierra como en el cielo. Si la voluntad de Dios es que nos amemos y, a pesar de ello indudablemente nos resulta difícil de lograr, ¿cómo podemos aprender a amar de esta manera? ¿Dónde encontramos la motivación? ¿Dónde o en quién encontramos la respuesta a este problema?

Considera

En el libro de Romanos, el apóstol Pablo nos dice que Cristo nos amó cuando éramos Sus enemigos. Dios hizo las paces con nosotros a través de Jesús. Fue su iniciativa venir a la tierra para morir por nuestro pecado, tomando nuestro lugar en la cruz. No lo merecíamos, sin embargo, porque Él es amor, decidió amarnos sacrificadamente. Recibimos el amor de Dios por gracia; amemos de la misma manera. La búsqueda de esa expresión de amor producirá la unidad por la cual Jesús oró. Jesús es la respuesta y el camino.

Oración

Amado Padre, mientras leo las Escrituras de hoy, oro para que tu Espíritu Santo abra mis ojos y me muestre cuánto me amaste, incluso cuando era tu enemigo.