[Serie Una sola carne] Funciones del esposo y de la esposaMuestra

Trabajar juntos por el matrimonio que Dios quiere

Dios ha colocado dones espirituales en cada uno de sus hijos y deben ser utilizados para la edificación de la iglesia. Necesitamos reconocer que la iglesia también es el cónyuge y los hijos. Usa esos preciosos dones espirituales en tu casa. Edifica a tu cónyuge, edifica a tus hijos. Que el amor que Dios te ha entregado se exprese con libertad en tu hogar, luego en otros lugares.

Las mujeres tienen la delegación de enseñar a las más jóvenes, incluyendo a sus hijas, a ser buenas esposas y madres. Comenzar desde la niñez no solo a saber manejar los asuntos de la casa, sino también modelando con sus vidas la honra, el respeto, el amor y el acuerdo con el esposo. 

En el hogar, el discernimiento que protege al esposo y a los hijos de la destrucción que el sistema de este mundo quiere traer a sus vidas, alejándonos del diseño de Dios ha sido dado a la esposa. El esposo necesita aprender a escuchar la voz de su esposa cuando le advierte de peligros en cuanto a personas, negociaciones, relaciones, etc. 

La victoria del hogar está en manos de los esposos sabios que oran sin cesar por su familia. Solo juntos se puede lograr. Que la oración de los esposos sea esa oración apostólica de iluminación en el conocimiento de Cristo. Pues cuando crecemos en el conocimiento de Cristo, nuestras vidas y nuestro hogar se alinean al diseño y propósito de Dios.

Una relación victoriosa depende de que ambos trabajen activamente en mejorar cada día, lograr sus metas juntos, ayudarse y divertirse juntos. Un amor de película no es realista ni es ideal. El amor no es mirarse y sentir el flechazo de cupido sin conocerse, amar es querer a una persona a pesar de conocer tanto lo bueno como lo malo de su ser. Es darse por completo, no esperar recibir.

Si los esposos toman el rol correspondiente y desarrollan sus funciones con dedicación y esmero, habremos avanzado significativamente hacia cumplir el propósito de Dios. El matrimonio se ajustará al diseño de Dios y disminuirán los hogares disfuncionales, los hijos resentidos y necesitados de identidad y afecto. Veremos la gloria de Dios derramándose cuando nos atrevamos a manifestar el reino de Dios en nuestros hogares. Esta es la forma adecuada de ser dos en uno, una sola carne.

Reflexionemos

¿Estoy determinado a trabajar junto a mi cónyuge cada día por nuestro matrimonio?