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La forma en que nos tratamos unos a otros es muy importante. La forma en que nos hablamos, cómo interactuamos con los demás, cómo tratamos a los que nos rodean; todo es importante. No sólo porque, como personas, debemos honrarnos y respetarnos unos a otros, sino porque, como seguidores de Dios, es parte de cómo los demás ven en nosotros a Dios. Cuando tenemos el amor de Dios en nosotros, cambia cada parte de lo que somos, incluida la forma en que tratamos a otras personas. Esta semana, habla con un amigo de confianza, mentor o líder de grupo pequeño que hayas visto dejar que el amor de Dios influya en la forma en que trata a los demás. Pídele que te ayude a hacer lo mismo en tus interacciones y relaciones con otras personas.