Confiando En El Señor Cuando Tu Vida Se DesmoronaMuestra

Dios No Te Rechaza

“Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el seno de mi madre. Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien. No estaba oculto de ti mi cuerpo, cuando en secreto fui formado, y entretejido en las profundidades de la tierra. Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni uno solo de ellos.” - Salmos 139:13-16

Una muy buena parte de mi niñez la pasé caminando descalzo. Mis zapatos tenían hoyos; así que tenía que caminar siempre sintiendo el sol en mis pies o caminaba con los pies mojados cuando llovía. Además, pasé buena parte de mi niñez con problemas dentales por la insuficiencia de calcio de mi mamá durante su embarazo.

Necesitaba ir a la escuela, pero no tenía uniforme. De manera que un amigo me prestaba su uniforme para poder asistir a la escuela en las mañanas y luego regresaba y se lo devolvía para que él pudiera ir a clases en las tardes. 

Con todos estos problemas, nos costaba salir adelante. Estábamos sobreviviendo con apenas 2 o 3 dólares diarios. Nuestras comidas básicas consistían en un pedazo de pan y agua hervida con un poco de chocolate, si podíamos conseguirlo. ¿Cómo te mantienes todo un día sólo con eso? 

Mi madre entendía lo esencial e importante de la educación, así que postuló para que yo pudiera estudiar música en un instituto estatal de artes, sin embargo, después de un breve periodo, me expulsaron. Enviamos solicitudes a otros programas de literatura, pero fui rechazado. En ese tiempo me sentía rechazado, olvidado, y sin esperanza. Estaba lidiando con niveles preocupantes de baja autoestima. Básicamente sentía como si el mundo a mi alrededor me repitiera: “Eres pobre, eres pobre, no tienes oportunidades.”

Continuamos postulando, y fui finalmente aceptado en una pequeña iglesia de mi comunidad donde trabajaban con niños pobres con el apoyo de un ministerio llamado Compassion. Allí no solamente recibía educación, también podía comer algo más que pan y agua hervida con chocolate. Me compraban zapatos para mis pies descalzos y un uniforme para ir a la escuela. Se preocupaban por mí. 

En el Salmo que leímos hoy, encontramos una de las oraciones más hermosas de toda la Biblia.

El salmista reconoce que Dios lo diseñó en el vientre o “seno de su madre”. El utiliza el pronombre “me” para referirse a sí mismo antes de haber nacido. Además, el empleo de “seno” es el único ejemplo del uso de esta palabra en la Biblia.

Aunque la pobreza era una realidad y con ella el rechazo; Dios tenía un plan de provisión y cuidado para mi vida.

No puedes controlar las condiciones en las que vienes al mundo; pero Dios sí lo controla todo. Has sido formado en las manos de un Dios asombroso y maravillo. Tus días están escritos en el libro de Dios y tus circunstancias, buenas y malas, nunca escapan del control de Dios.

Él te conoce, te ama y te protege. No te rechaza: puedes descansar en lo magnificas que son sus obras.