Vivir renovado: PropósitoMuestra

Caminos rectos

Vivir nuestro propósito significa vivir sometidas a Dios. Cuando nos rendimos a Su voluntad, no es que debamos sentarnos y no hacer nada. Significa que lo buscamos continuamente mientras avanzamos. La Biblia nos promete que Él hará que nuestros caminos sean rectos, pero para que Él dirija nuestros pasos, tenemos que seguir dándolos.

Hace años, Dios me dio la visión y el deseo de comenzar un ministerio que ayudara a mujeres de todas las edades a aprender a fundamentar con firmeza su identidad en Cristo. En ese momento, no tenía idea de cómo ejecutar un sueño tan grande. Por supuesto, entendía que no ocurriría de la noche a la mañana, ¡pero ni siquiera sabía por dónde empezar! Necesitaríamos un lugar, un equipo capacitado, financiación, contratos firmados y asesoría legal, entre otros. En lugar de abrumarme, decidí aprovechar las oportunidades que Dios puso en mi camino y confiarle el resultado. Después de unos años, realizamos nuestro primer retiro. Sé que no habría sucedido sin mi obediencia para dar ese primer paso y mi entrega a Su voluntad en cada paso del camino.

A Dios le complace cuando lo buscamos en nuestra toma de decisiones. Incluso cuando he hecho un giro equivocado, Él ha cambiado mi camino y me ha llevado de vuelta a donde Él quiere que esté. Ha habido momentos en los que me quedó claro que Él hizo un camino, y otros en los que cerró una puerta. Creo que Él está resolviendo todo porque sabe que mi corazón quiere servirle. Si lo reconocemos en cada momento, entregamos nuestro futuro y tratamos de tomar decisiones que lo honren, Su propósito para nuestras vidas será claro.

Aunque no estés segura del destino final, pregúntate qué paso sientes que Dios te está guiando a dar ahora mismo. Si eres buena con los niños, podrías intentar servir en el ministerio de niños de tu iglesia. Si eres buena organizando, tal vez te gustaría ayudar al armario local a recibir nuevos artículos y mantener las cosas ordenadas. Si aún no puedes discernir hacia dónde te dirige Dios, empieza a invitar a otros a la iglesia. Como seguidores de Cristo, todos estamos llamados a llevar a más personas con nosotros a la eternidad.

Colosenses 3:23 dice: "Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo" (NVI). En otras palabras, comienza a darle buen uso a tus talentos y entrégate al servicio de Su reino. Dar un paso incierto en honor a Dios es mejor que no hacer nada. No dejes que el miedo a dar el paso equivocado te impida avanzar. Él es digno de confianza para crear algo extraordinario a partir de tu entrega. 

Dios, gracias por incluirme en Tu plan maestro. Sé que tienes una visión para mi vida, y confío en que diriges mis pasos hacia el propósito que planeaste para mí. Ayúdame a seguir procesando lo que he comenzado a través de este Plan. Ayúdame a verme a través de Tu lente de la verdad. Muéstrame lo que me apasiona, lo que se me da bien, lo que he superado, hacia dónde me diriges y cómo la suma de esas piezas me capacita de forma única para hacer tu obra. Continúa refinándome para que esté preparada para servir en el papel que has creado para mí. Todo lo que quiero hacer es honrarte con toda mi vida. Guíame y haz que mi camino sea recto. En el nombre más poderoso y precioso, el nombre de Jesús, amén. 

Oramos para que Dios utilice este Plan para ministrar tu corazón.
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