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La ley del espíritu de vida en Cristo JesúsMuestra

La ley del espíritu de vida en Cristo Jesús

DÍA 9 DE 9

El postrer Adán

El primer Adán fracasó en la prueba de gobierno, pero el postrer Adán, Quien era la luz, quitó la sombra y apareció el Hijo de Dios en el planeta. Adán, ahora, es el representante de una generación muerta. Por eso el que no está en Cristo está muerto, pero quien está en Cristo, está vivo. El que está en Adán está maldecido, pero el que está en Cristo está bendecido. El que está en Adán vive bajo el temor de juicio, condenación y castigo; pero el que está en Cristo ha entendido que Él abrió un camino vivo y ahora el Padre lo invita para que se acerque hasta el trono de la gracia para que pueda encontrar allí misericordia y gracia para el oportuno socorro. 

No todo el que está en Cristo tiene que vivir las consecuencias del desastre de Adán. Adán se convirtió en el representante de la ley de la muerte y el pecado, se constituyó Dios en sí mismo; en lugar de depender de todo lo que el Padre le daba, tiene que ingeniárselas para conseguirlo por su esfuerzo. Adán era una sombra, porque la verdadera luz, que era la luz de los hombres, estaba retenida en los cielos hasta el cumplimiento de los tiempos. Y vendría un segundo hombre, el postrer Adán, a mostrar cómo opera la ley del Espíritu de vida. Cristo logró lo que Adán fracasó: por medio de la vida, cumplió el propósito de Dios. 

Por causa del fracaso de Adán, hoy entendemos cómo opera la ley de la muerte y conocemos cómo opera la ley de la vida. Si queremos saber cómo opera la vida, tendremos que conocer a Cristo. Si queremos saber cómo opera la muerte, estudiemos a Adán. 

Entender la tentación de Jesús es fundamental, porque Él, como segundo hombre, tenía que vencer en el mismo escenario en el que el primer hombre fracasó. No podía ser menos, no podía ser imitado, no podía ser manipulado; tenía que ser exactamente donde el primer hombre cayó. Así que la tentación se presentó de la misma manera como se le presentó a Adán, como algo bueno y deseable. 

Toda tentación y toda seducción apelan a la razón humana, para que en sí misma pueda decidir lo que es bueno y lo que es malo. Adán no consideró lo que venía detrás, solo pudo ver el objeto de la tentación, sin entender las consecuencias que traería la desobediencia. 

En cambio, Cristo inmediatamente se dio cuenta, Él sabía lo que estaba detrás. Adán cayó en el escenario del razonamiento humano, pero el Hijo de Dios, el postrer Adán, inmediatamente apeló a algo superior a la razón humana: ¡Escrito está! No lo discute, no lo razona, no entra en debates a ver si no es de Dios. Si no responde a la ley de la vida, no puede ser de Dios, porque si fuera de Dios, no cuestionarías a Dios, no debatirías sobre tu identidad, porque lo que viene de Dios no juega con la vida de Dios. 

Este plan devocional se basó en la predicación de Tommy Moya, si desea ver el material completo, siga el enlace Clic aquí 

Día 8

Acerca de este Plan

La ley del espíritu de vida en Cristo Jesús

El fundamento legal, sobre el cual la ley del Espíritu de vida se ha establecido y opera, es Cristo Jesús, porque esta ley no opera independientemente de Cristo. Para operar y tener las potencialidades de lo que esta ley nos entrega es necesario estar en Cristo. Para conocer más sobre esta ley, te invitamos a leer este devocional del pastor Tommy Moya.

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Nos gustaría agradecer a American Bible Society / El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.americanbible.org/