Las abundantes riquezas del reinoEjemplo

La alétheia 

En el tiempo del apóstol Pablo, se hablaba sobre el judaísmo y el gnosticismo. Pero hoy planteo las siguientes preguntas para mostrar en el siglo XXI, los elementos que se deben dejar definidos en la edificación de la iglesia. 

• ¿Sobre qué pacto se debe edificar? Sobre el nuevo pacto.
• ¿Se debe edificar sobre sombras o sobre realidades? Se debe edificar sobre realidades. Todo lo que fue antes de la cruz fueron sombras, tipos y figuras. No se puede edificar sobre la sombra porque se cae la construcción. Otro aspecto por definir es Cristo como cumplimiento o Cristo a quien le reclamamos las promesas. Porque hoy todavía mucha gente está reclamando promesas que ya fueron cumplidas y hechas, sí y amén en él. 
• ¿Una iglesia con dos naturalezas? ¡No! Una iglesia santa, perfecta y que participa de la naturaleza divina pero que le falta entendimiento. 
• ¿Una iglesia bendecida o que sigue buscando la bendición? Esta definición debe expresarse aún en la manera de saludarse: ¡Cómo está bendecido! No, Dios le bendiga. Si somos bendecidos, solamente es cuestión de manifestarlo. 
• Una iglesia irrelevante, ignorada por el Padre, ignorada por el esposo, ignorada por su entrenador, ¿porque están muy ocupados a ver qué hace Israel? El Padre está ensimismado en el desarrollo de sus hijos, el esposo está cuidando, protegiendo y trabajando continuamente para la esposa, y el entrenador nos está llevando a toda verdad, entrenándonos y capacitándonos para cumplir la asignación para la cual nacimos. 
• ¿Una iglesia que produce discípulos que trastornan naciones o líderes que producen seguidores dependientes de ellos? 
• ¿Edificar sobre la gracia y sobre capacidades humanas? La gracia no solo es una disposición amorosa, sino son las capacidades de Cristo impartidas a cada uno. Por eso se entrena y se capacita con base en esa realidad.

Cuando Cristo dice: Yo soy el camino, la verdad y la vida; quiere decir yo soy la realidad o la substancia. La verdad expresada como realidad. Antes de Cristo, estaba anunciado, hubo sombras, tipos y figuras, pero al llegar personifica al tipo y figura como la substancia, es la realidad. Todo aquello que estaba profetizado de aquel que vendría, ya llegó: es Cristo. Soy el camino, soy la substancia, el que sea participe de esta realidad va a adquirir las capacidades de quien es la realidad, por gracia, de la vida que le fue impartida. Por tanto, en esta alétheia, en esta realidad, es donde tenemos que despertar para que nuestra forma de pensar se alinee con lo que está depositado en nuestro espíritu. Porque estas capacidades y esta realidad son muy poderosas.