Soy optimistaEjemplo

EL EVANGELIO > MI LUCHA

Recuerda, no somos optimistas por las cosas que vemos y sentimos, sino por quién es Dios, lo que dice y lo que ha hecho. Hoy, veamos las tres razones, directamente de Su Palabra, para estar siempre optimista.

1. Mi mente está llena de la paz de Dios.
   En Romanos 8:5-10, Pablo ilustra cómo estar en paz. Dice que vivir según la carne (haciendo lo que uno quiere) es una forma segura de ser hostil a Dios y estar en guerra con la vida. Pero, vivir por el Espíritu Santo es el camino a la paz con la vida.
2. Si Dios está a mi favor, ¿quién podrá estar en mi contra?
   Respondamos a esta pregunta: un mal día, una muerte en la familia, una enfermedad, falta de dinero, la adicción y las innumerables luchas que agotan el optimismo parecen "en mí contra", así que ¿a qué quiere llegar Pablo? Romanos 8:31-34 lo aclara. Si Dios, que no escatimó a Su único Hijo por ti, está a tu favor, entonces, nada ni nadie tiene oportunidad contra la Buena Nueva de Sus planes para darte esperanza y un futuro. El Evangelio > mi lucha.
3. El Espíritu de Dios me ayuda en mi debilidad.
   ¿El Espíritu de quién? El Espíritu de Aquel que ideó la estructura celular, los sistemas solares y tu ADN. Su Espíritu Santo está disponible para ser tu amigo, tu consolador y tu ayuda en los momentos difíciles. Por lo tanto, soy optimista incluso en mi debilidad. ¿Por qué? Porque cuando soy débil, Él es fuerte. Y cuando ¡Él es fuerte la lucha (no) tiene posibilidad!

Prueba esto: Cuéntale a alguien la versión condensada de la historia de tu vida. ¿Qué temas ves? ¿Puedes ver los planes y la esperanza de Dios para tu futuro?