Ayuno Del Pensamiento ErróneoMuestra

DIA 37 — “Me siento culpable.”  

Hoy estamos ayunando del pensamiento que dice: “Me siento culpable”.

Todos hemos tenido pensamientos que tratan de hacernos sentir culpables, tales como: “Tú no haces lo suficiente. Mira lo que has hecho mal. Tú no eres lo suficientemente bueno. Tú no dices las cosas correctas. Tú no estás a la altura. Tú no haces lo suficiente por los demás como deberías. Tú comes demasiado”.

Esta línea de pensamiento produce culpa, la cual conduce al auto-odio, a la ira hacia los demás, a malas decisiones, a palabras duras, a la demora y al miedo.

VAMOS A CAMBIARLO HOY

1. Jesús te declara inocente. Esto no quiere decir que tú nunca has pecado o has hecho mal. Esto significa que Él lavó todos tus pecados y tu culpa con Su sangre. La Palabra de Dios declara a Jesús como nuestro sacrificio por la culpa y, en consecuencia, nos declara libres de culpa.

2. Ve lo que Dios ve. Acepta Colosenses 1:22, que dice que a través de la sangre de Jesús “Él te presenta santo, sin mancha y sin culpa ante los ojos del Padre”. Cuando Dios te ve, Él ve a Jesús, como cuando Jacob se presentó ante su padre Isaac con el cabello, la piel y el aroma de su hermano. El padre vio a Jacob como si fuera Esaú. Y Él te ve como si tú fueras Jesús—sin culpa.

3. Medita en Job 10:7. “De acuerdo a tu conocimiento, ciertamente no soy culpable (...)” (NVI) Cuando una persona nace de nuevo, ellos son limpiados del pecado y la culpa por la sangre de Jesús, por lo tanto, son inocentes.

4. Cuando lo hechas a perder, no lo niegues. Admítelo. Confiésalo. 1 Juan 1:9 dice: “Si confiesas tu pecado, Él es f iel y justo para perdonarte y limpiarte de toda maldad”.

5. ¡Ya está hecho! ¡Cree que ya está hecho! Las últimas palabras de Jesús en la cruz fueron: “Todo se ha cumplido”. En ese momento, el precio se pagó por tu pecado y tu culpa. Hebreos 1:3 dice: “Él nos limpió de nuestro pecado”.

6. Deja de pensar que tienes que sentirte culpable para ser perdonado. A veces pensamos que le debemos a la gente el sentirnos culpables y sentirnos mal por todo. Deja de pensar eso. Tú no le debes a nadie. No pienses que la culpa de alguna manera paga por algo. La sangre de Jesús pagó todo. Cuando sentimos que le debemos a Dios el sentirnos culpables o que debemos a los demás el revolcarnos en la culpa, es un insulto a Su sangre.

7. Deja de torturarte por lo que no has hecho. A menudo nos castigamos a nosotros mismos con la auto-condenación. Nosotros nunca vamos a hacer lo suficiente para Dios. Es por eso que Jesús lo hizo todo. Él pagó por el pecado, la maldición, y nuestro fracaso. Nuestro trabajo es creerlo.

PIÉNSALO Y DILO

Jesús me ha declarado inocente. Incluso cuando siento que no hago lo suficiente o que yo no soy lo suficientemente bueno, Dios dice que la fe en Él es suficiente.

Yo no tengo que sentirme culpable para ser perdonado. Soy perdonado por la fe en Jesús.

Hoy dejo de castigarme a mí mismo por todo lo que he hecho o he dejado de hacer.

No tengo que ser perfecto, Él ya lo es. Por lo tanto, yo descanso en mi fe en Él. ¡En el nombre de Jesús!