Ayuno Del Pensamiento ErróneoMuestra

DIA 35 — “¡Estoy agobiado!”

Hoy estamos ayunando de los sentimientos y pensamientos que dicen: “¡Estoy agobiado!”

Todo lo que ves en este mundo fue creado por Dios en seis días. Él está en el negocio de hacer mucho en poco tiempo ¡Y Él vive en ti! No tienes que llevar tu carga solo. La mayoría de la gente no entiende lo que Jesús quiso decir con la frase “llevad mi yugo sobre vosotros”.

Un yugo es un arnés colocado sobre dos bueyes para que aren juntos. Así que, cuando uno se debilita o se agobia, puede continuar porque el otro lo está empujando. Cuando nos sentimos agobiados necesitamos recordar que estamos unidos a Él. Jesús está ligado a nosotros y Él llevará la carga por nosotros. 

VAMOS A CAMBIARLO HOY

1. Echa tus preocupaciones sobre Dios. Él cuidará de ti ¿Cómo? Sé honesto, dile lo que está mal. Pídele que Él lo cargue por ti y cree que Él lo hará. Recuerda: después de entregarle tus preocupaciones, no corras a tomarlas de nuevo. Deja que Jesús lleve la carga por ti.

2. Mírate a ti mismo atado o ligado a Dios. Él te sostiene y te levanta cuando estás débil y agobiado. Tú eres uno con Él. Cuando te sientas débil y cargado, recuerda que Él te está llevando.

3. Comienza a creer que tú puedes manejar cualquier cosa. Empieza a creer esto hoy. Marcos 9:23 dice: “Todas las cosas son posibles para los que creen”.

4. Medita en este pensamiento: Nada es demasiado difícil para Dios. Si nada es demasiado difícil para Él y Él vive en ti, entonces nada es demasiado difícil para ti ¡Tú lo lograrás!

5. Dios completará aquellas cosas que te preocupan. Conforme tú rindas esas preocupaciones a Dios, estas se convierten en Su responsabilidad. Él completará, cumplirá, perfeccionará y hará que esas cosas sucedan. Él llevará tu carga y terminará lo que empezó en tu vida.

PIÉNSALO Y DILO

Hoy puedo manejar cualquier cosa, porque estoy en yugo con Jesús. Hoy me niego a estar agobiado. Arrojo todas mis preocupaciones sobre Jesús. Él cuida de mí y llevará mi carga.

Nada es demasiado difícil para Dios. Por lo tanto, declaro que nada es demasiado difícil para mí hoy. Él es el autor y consumador de mi fe ¡en el nombre de Jesús!