La Biblia explicadaMuestra

¿Cómo se relacionan el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento? 

Puede que todavía tengas muchas preguntas sobre la Biblia, ¡y eso está bien! Tal vez hayas intentado leer la Biblia de principio a fin, pero te detuviste cerca del Levítico porque las cosas empezaron a ponerse raras. O tal vez has escuchado a muchas personas hacer argumentos en Facebook usando versículos de la Biblia que te dejaron confundido e inseguro si la Biblia es confiable y digna de confianza. 

La Biblia es una historia sobre Dios que conduce a Jesús. Piensa en ello como si estuvieras viendo una película. Si no conoces el final y alguien sólo habla de una escena en el medio, puedes sentirte confundido o sin resolver. Del mismo modo, eso es lo que puede ocurrir cuando tomamos sólo trozos de la Biblia y tratamos de entender toda la trama de la misma. 

Mucha gente tiene la percepción de que Dios estaba enfadado y era mezquino en el Antiguo Testamento y tuvo un giro radical en el Nuevo Testamento. No es el caso. El carácter de Dios nunca cambia. Espera y digeriremos eso.

Un pacto es básicamente un acuerdo legal, algo así como un matrimonio. ¿Qué tiene que ver eso con todo? 

Bueno, si nos remontamos al principio, vemos que Dios creó el mundo y al primer hombre y mujer. Los creó para que fueran sus socios en el gobierno del mundo, pero Adán y Eva se equivocaron y cometieron el primer pecado. 

Dios es santo, por lo que no puede ser asociado con el pecado. Pero siempre ha querido redimirnos y estar cerca de nosotros. Avancemos un poco en el Antiguo Testamento, y vemos a Dios haciendo una promesa a un hombre llamado Abraham de que tendrá muchos descendientes—uno de los cuales será el Salvador del mundo (Jesús). 

Abraham y sus descendientes todavía estaban atrapados en el pecado, y todos ellos formaban parte del pueblo elegido por Dios: Israel. Se suponía que los israelitas debían ser santos—apartados—para compartir la gloria de Dios con todo el mundo. Pero seguían pecando y volviéndose igual que el mundo que los rodeaba—no muy diferente a lo que a menudo estamos tentados a hacer hoy. 

Así que Dios hizo un pacto con Israel que decía que si respetaban la Ley, que consta de más de 600 leyes, Él sería fiel para protegerlos, proveerlos y salvar al mundo a través de ellos. Por supuesto, el pueblo no podía mantener todas esas leyes. Pero Dios es misericordioso y siempre hace un camino para que estemos cerca de Él. 

Cuando el pueblo se equivocaba, el Sumo Sacerdote sacrificaba un animal en su nombre, y la sangre del animal hacía que el pueblo estuviera bien con Dios. Suena raro, pero recuerda que la Biblia fue escrita en un contexto diferente al nuestro. Estas leyes fueron revolucionarias para su época y todavía influyen en muchas de las leyes que tenemos hoy día. 

En los tiempos del Nuevo Testamento, Dios cumplió su pacto con Israel al enviar a Jesús a morir por nosotros en una cruz. Ese no es el final de la historia. Tres días después, Dios resucitó a Jesús de entre los muertos para que cualquiera de nosotros pudiera elegir tener una relación con Dios. Jesús se convirtió en nuestro nuevo Sumo Sacerdote, cumplió el pacto del Antiguo Testamento y estableció un nuevo pacto para amarnos unos a otros de la misma manera que Él nos ama. 

No es más fácil que seguir todas esas leyes; simplemente es menos complicado. Dios siempre ha sido amoroso, y desde el principio de los tiempos ha estado orquestando un plan para llevarnos a una relación con Él. Seguiremos explorando este concepto en los próximos días, pero sepa que Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre; esa promesa debería llevarnos a un lugar de adoración.