365 días con DiosMuestra
10 de enero - Llegó tu tiempo de favor
2 Samuel 9:1-9 TLA “Un día, David les preguntó a sus asistentes y consejeros: «¿Vive todavía algún familiar de Saúl, a quien yo pueda ayudar en memoria de Jonatán?»
2 Entonces llamaron a Sibá, que había estado al servicio de Saúl. Cuando Sibá llegó a la presencia de David, éste le dijo: —¿Eres tú Sibá?
Y él respondió: —Para servir a Su Majestad.
3 Y el rey David le preguntó: —¿Vive todavía algún familiar de Saúl? Dios ha puesto en mi corazón un gran deseo de ayudarlo.
Sibá le contestó: —Aún vive un hijo de Jonatán, que no puede caminar. Se llama Mefi-bóset.
4 David le preguntó dónde estaba, y Sibá le respondió: —Vive en Lodebar, en la casa de Maquir hijo de Amiel.
5 El rey mandó traer a Mefi-bóset, 6 y cuando Mefi-bóset llegó al palacio, se inclinó delante de David en señal de respeto. Entonces David exclamó: —¡Mefi-bóset! —¡Para servir a Su Majestad! —respondió.
7 David le dijo: —No tengas miedo, en memoria de tu padre Jonatán, voy a cuidar de ti. Voy a devolverte todas las tierras de tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante comerás en mi mesa.
8 Mefi-bóset volvió a inclinarse delante de David, y dijo: —¿A qué se debe que Su Majestad me trate así? ¡Un perro muerto y yo somos la misma cosa!
9 Entonces el rey llamó a Sibá y le dijo: —Todo lo que antes fue de Saúl y de su familia, voy a dárselo a Mefi-bóset.”
En ese encuentro David le dijo a Mefiboset: "... has pasado momentos duros, has perdido a tu familia, te quitaron tus tierras, pero Mefiboset te tengo buenas noticias, llegó tu tiempo de favor".
Quizá al igual que Mefiboset, tú también has pasado por momentos difíciles, has sufrido la pérdida de un ser querido, has visto muchas oportunidades pasar delante de ti y sientes que la vida se te está yendo de las manos, pero Dios me ha enviado a decirte: “Ha llegado tu tiempo del favor de Dios sobre ti”.
Mefiboset había vivido casi toda su vida en Lodebar.
Lodebar significa en hebreo original: "Un lugar de desolación". No era el mejor barrio o el mejor lugar para vivir en Israel, sino que era un lugar donde se podía respirar la pobreza, el fracaso, depresión y soledad.
David le dijo a Mefiboset: "Tus días en Lodebar se terminaron, desde hoy vas a vivir en mi casa y vas a comer en mi mesa".
Es lo mismo que Dios quiere sepas: “Tus días en ese lugar de desolación, se terminaron. Ha llegado el momento de sentarte en la mesa con el Rey".
Llegó tu tiempo de vivir una vida de paz, de alegría y de abundancia. Disfruta del banquete que tu Padre Celestial tiene para ti.
El rey David nos está enseñando en este pasaje lo que nuestro Padre Celestial quiere hacer en la vida de cada uno de sus hijos.
¿Qué significa... ha llegado tu hora de favor?
La primera cosa que David trajo a la mesa fue misericordia.
V.3 “… ¿Vive todavía algún familiar de Saúl? Dios ha puesto en mi corazón un gran deseo de ayudarlo?”
Lo primero que Dios quiere hacer contigo en este tiempo es mostrarte su gracia y misericordia que son nuevas cada mañana.
Podemos acercarnos confiadamente a la mesa del rey porque hace 2000 años en una cruz, Jesús ganó un lugar para nosotros en esa mesa.
Lo segundo que David trajo a la mesa es confianza.
V.7 "David le dijo: No tengas miedo, en memoria de tu padre Jonatán, voy a cuidar de ti. "
Mefiboset había crecido toda su vida en una prisión del miedo: Su familia había sido asesinada brutalmente por los filisteos y su abuelo había sido Saúl, el enemigo del nuevo rey. Por ello, David quiso devolverle la confianza.
El diablo siempre va querer atacar nuestra confianza en Dios. Él va querer que dudes y que pienses que ya no te ama, que te abandonó y nada va cambiar, que todo en tu vida va seguir igual o peor y muchas veces hemos estado esperando por una respuesta de Dios, sin embargo, pasa el tiempo y sentimos como que no nos escuchara o que está distante de nosotros, pero en este tiempo Dios te está diciendo a pesar de todo: "No temas, Yo estoy contigo".
Dios quiere devolverte la confianza en Él.
Dios quiere devolverte la confianza en un futuro mejor.
El rey trajo restitución a la mesa.
V.7 “Voy a devolverte todas las tierras de tu abuelo Saúl”
Hay muchas cosas que quizás el diablo te ha robado en los últimos años. Él te ha podido haber robado pureza, fe, esperanza, finanzas o familia, pero llega el tiempo de tu restitución.
Cuando Dios nos restituye, lo que está haciendo es hacerle pagar al diablo lo que nos ha robado. Y cuando Dios le hace pagar al diablo, ¡Se lo hace pagar con intereses y multiplicado!
El rey trajo futuro y esperanza.
V.7 “y de ahora en adelante comerás en mi mesa.”
David no le dijo... te invito esta noche a mi mesa. El rey no le dijo... te invito este fin de semana a mi mesa, le dijo de ahora en adelante comerás en mi mesa.
Dios te está invitando a sentarte a su mesa todos los días de tu vida.
Tu futuro no está en Lodebar, tu futuro está en su mesa. A partir de hoy, todos los días serán especiales porque llegó tu tiempo de favor.
Por muchos años, Mefiboset vivió sin ninguna esperanza, pero cuando tuvo un encuentro con el rey, todo cambió y algo que se había ido de su vida, volvió… La esperanza.
El Rey trajo abundancia y honra
v.9 “…Todo lo que antes fue de Saúl y de su familia, voy a dárselo a Mefi-bóset.”
Mefiboset había vivido en escasez y necesidad, hasta que se encontró con un rey generoso que lo hizo vivir nuevamente en abundancia.
v.10 David no solo bendijo con prosperidad y abundancia a Mefiboset, sino que también, lo honró.
En un día, Mefiboset se levantó en Lodebar sin nada, pero ese mismo día se encontró rodeado de tierras, abundancia y siervos que trabajaban para él.
Fue adoptado como hijo del rey.
V.13 “Como Mefi-bóset no podía caminar, se quedó a vivir en Jerusalén, y siempre comía en la mesa de David, como uno más de sus hijos”
Dios no solo te quiere como un invitado en su mesa, sino te quiere como su hijo en su mesa.
Un invitado muchas veces debe tener cierto protocolo cuando se sienta en la mesa del Rey, pero un hijo se sirve lo que quiere, un hijo disfruta de toda la mesa, un hijo puede repetir todas las veces que quiere.
Recuerda, lo importante es cómo llegas a la mesa del Rey, que es a través de tu entrega a Dios. Lo importante no es que traes a la mesa del Rey, lo importante y lo que cuenta es lo que hay en la mesa del Rey para ti.
Cuanto tú te sientas en la mesa del Rey, hay un intercambio divino pues le das al Rey lo que tienes: tu debilidad, tus complejos, tus temores y Él te da a cambio Su gracia, Su confianza y Su bendición.
Mefiboset llegó como un perro muerto, pero salió como un hijo del Rey. Cuando él se sentaba a la mesa, nadie veía su debilidad, su vergüenza ni su dolor.
Y cuando te sientas a la mesa del Rey Jesús, toda tu debilidad... toda tu vergüenza... todo tu dolor se va porque te sientas en la mesa con Jesús. Es allí, en Su mesa donde tu debilidad se convierte en fortaleza.
¿Qué debemos hacer para sentarnos en la mesa?
Hebreos 4:16 TLA “ Así que, cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. Él nos ayudará, porque es bueno y nos ama”
Escrituras
Acerca de este Plan
365 con Dios es un plan de lectura devocional que tiene como objetivo despetar en cada lector el ser buscadores de la presencia de Dios a diario.
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Nos gustaría agradecer a Sociedad Biblica Chilena por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.wenddyneciosup.com