Escuchando a DiosMuestra

Síntomas de los oídos tapados

¡Adán y Eva conocían a Dios de primera mano! Las generaciones venideras de sus familiares también conocían a Dios o al menos sabían mucho de Él. Gradualmente, a lo largo de los años, la mayoría dejaron de agradecer y de reconocer a Dios como su fuente. El pecado aumentó.

La mayoría de los pecados solo son síntomas de un pecado más arraigado: el pecado de tapar nuestros oídos a la verdad de Dios, para escuchar una mentira. Cuando dejamos de reconocer a Dios como el Dador de todas las buenas cosas, dejamos de ver claramente. Dejamos de pensar sabiamente. Nos negamos a escuchar la verdad. El primer capítulo de Romanos revela esta realidad de manera clara.

Hay una declaración preocupante: negarse a escuchar la verdad es, esencialmente, rechazar a Dios. Ahora, como cristianos, obviamente abrazamos la Palabra de Dios como verdad. Pero debemos mantener nuestros oídos destapados para reconocer y rechazar falsas verdades y mantenernos en sintonía con la voz de Dios.

Igualmente preocupante es el hecho de que los que rechazan la verdad por lo general arrastran a otros hacia su engaño, tal como aprendimos de la lectura de hoy en Génesis. Piensa en estas preguntas: ¿Quién está en riesgo cuando no escuchas a Dios? ¿Tu cónyuge? ¿Tus amigos? ¿Tu jefe? ¿Tus hijos? Tal vez incluso, ¿un completo desconocido a quién Dios quería que ministraras?

Creo que ahora mismo sería un buen momento para que yo deje de escribir, y así puedas escuchar devotamente.

Pregúntale al Padre:¿Me mostrarías todas y cada una de las mentiras que estoy creyendo, por favor?

La canción de adoración recomendada para hoy: "No other Name" (No hay otro nombre) de Hillsong Worship.