Consejos AtípicosMuestra

No titubees.

¿Conoces a esa gente que va a la universidad bien lejos de casa—en donde nadie de la secundaria los conoce? Gente súper valiente, ¿verdad? O incluso esa gente que se muda por un empleo nuevo o a un lugar desconocido, o se arma de valor para salir saltando en un pie. Son temerarios.

¿Pero qué si no eres esa persona? ¿Qué su estás paralizado por el temor de estar solo o irte a un lugar desconocido? ¿Qué si Dios te está diciendo que vayas, pero todo lo que quieres es quedarte?

Rut, a quien conocemos como la representante de "patria o muerte", dio un gran salto y siguió a Noemí de regreso a su tierra. Ella era una extranjera. Dejó lo familiar, su familia, su dios, su normalidad. Rut probablemente te diría: Ve.

Después que perdieron a sus esposos, Noemí decidió regresar a Judá. Incluso antes de empezar el viaje, Naomí envió ambas nueras de regreso a sus casas. Literalmente le dijo a sus nueras que se quedaran en Moab y se olvidaran de ella. Orfa abrazó a Noemí y se fue. Rut se aferró a Noemí y le dijo que ni siquiera pensara en enviarla lejos. Sin titubear, Rut decidió tomar el riesgo e irse.

Cuando enfrentamos lo desconocido y un riesgo, somos o Noemí, Orfa o Rut. Como Noemí, enviamos a otros o a nosotros, lejos. Como Orfa, escogemos la comodidad y lo fácil. Como Rut, confiamos en Dios y nos movemos en fe.

Por supuesto, a veces es aterrador y estresante dar el salto. Es fácil quedarse en los detalles y convencerte de no creer. Nos bombardeamos de preguntas como: ¿Tenemos resuelto lo del empleo? ¿Dónde viviremos exactamente? ¿Cuál es el plan preciso? ¿Cómo se sentirá la gente de que un extraño venga?

Las preguntas continúan, pero la pregunta real es: ¿Confías en Dios?

Si la respuesta es sí, entonces ve. Él arreglará los detalles. ¿Habrán cosas que tendrás que preparar? ¡Por supuesto! ¿Habrán momentos en los que Dios te llama a quedarte? ¡Claro que sí! Pero cuando sientes que Dios te está llamando a dar un paso de fe, enfócate en la instrucción del Señor, no en tus dudas personales.

Reflexiona: ¿En dónde necesitas dar un paso? ¿Ha habido un tiempo en el pasado en el que titubeaste o no fuiste cuando se sintió que era lo que debías haber hecho?

Oración: Gracias Señor, por impulsarme, Dios. Creo que en esos momentos desafiantes de incomodidad, estás creciendo en mí. Ayúdame a escuchar Tu voz claramente y a dar cual sea el paso valiente que deba. Sé que mis pasos están ordenados y que el plan que tienes para mi vida es más de lo que yo pueda pedir, pensar o imaginar. Confío en ti, Dios. Gracias por caminar conmigo y delante de mi. En el nombre de Jesús, amén.