Una mujer importante: Conociendo tu identidad en Dios Muestra
Llena de la presencia de Dios
Si tu autoevaluación está en constante conflicto con la opinión de Dios sobre quién eres, te enfrentarás a la vergüenza indefinida. Cuando te rehúsas a verte como Dios te ve, irás por la vida viéndote a través del lente distorsionado del orgullo o la humillación. Te sentirás, con frecuencia, avergonzada de en quién te has convertido porque, para empezar, nunca sabrás realmente quién fuiste creada para ser.
Adán y Eva eran personas seguras porque conocían a Aquel a cuya imagen fueron creados. Creo que ellos tenían el conocimiento innato de que el énfasis de la vida no era su apariencia sino lo que había en ellos. ¡Adán y Eva no estaban avergonzados porque se llenaban con la presencia de Aquel que había diseñado su existencia! Estaban comiendo del Árbol de la Vida y caminando con Dios en el Jardín del Edén cuando soplaba la brisa fresca de la tarde. ¡No había vergüenza en eso!
Después, Eva creyó la mentira que le habló el que la Escritura identifica como “el padre de las mentiras” (Juan 8:44 NBLA). Satanás es famoso por sus mentiras y no conoce otro modo de comunicarse. Si no estás absolutamente segura de cómo te ve el Padre, crearás el riesgo volátil de creer las mentiras del enemigo. La única manera en que puedes estar firme en la seguridad de Dios en ti es comiendo del Árbol de la Vida y manteniéndote en comunión íntima con Él.
Como mujeres de Dios en el siglo veintiuno, tenemos una opción: creemos lo que Dios dice en Su palabra o creemos las mentiras de Satanás. Creemos que Dios nos ama y bendice o creemos las mentiras del enemigo. Creemos que fuimos creadas a imagen de Dios para Sus propósitos gloriosos o creemos las mentiras del enemigo.
Podemos ver un resultado milagroso y diferente cuando decidimos creer la verdad del Padre y no las mentiras del enemigo. ¡Podemos vivir una vida completamente diferente por el simple hecho de decidir creer quiénes somos en verdad, quién dice Dos que somos! Si Dios no lo dice…entonces, ¡no lo creas!
Escrituras
Acerca de este Plan
Nuestros rasgos externos y capacidades no son la esencia de lo que somos y nunca deben ser lo que defina nuestra vida. Debemos descubrir la evaluación de Dios sobre nuestro valor y verdadero potencial. Como mujer importante, se te anima a estar de acuerdo con lo que Dios dice que eres. La poderosa verdad sobre la identidad es que nunca te conocerás a ti misma hasta que te conozcas en Dios.
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