Una mujer importante: Conociendo tu identidad en Dios Muestra
¿Quién piensas tú que eres?
“Pues como piensa [la persona] dentro de sí, así es.”
—Proverbios 23:7 (NBLA)
La autoestima está compuesta por dos palabras letales: auto y estima. Cuando estas palabras se colocan inocentemente juntas, comienza la batalla en el alma de una mujer.
Nuestra autoestima no nace en un sitio en nuestra vida o de alguna circunstancia que experimentamos. El fundamento de nuestra autoestima siempre se puede rastrear a los años de formación y crecimiento de la infancia, niñez y adolescencia. Cuando nos comparamos con otros, con frecuencia y subconscientemente nos encontramos carentes de estilo, inteligencia o habilidad.
Hay algo vital cuando comenzamos a derribar los problemas de autoestima: debes responderte esta pregunta: “¿Quién crees tú que eres?”
Debes tener una perspectiva saludable y completa sobre ti. Si crees que eres una mujer valiosa, importante y con destino, entonces será así como afrontes la vida. Y tratarás a los demás con valor, importancia y dignidad sin importar cómo te hayan tratado ellos a ti.
Por el contrario, si crees que eres una perdedora y que Dios se olvidó de ti en temas de talentos, estilo e inteligencia, entonces responderás como un ser humano derrotado. Permitirás que otros se aprovechen de ti y reaccionarás por emociones en lugar de por propósito y destino.
Nunca podrás vivir más allá de quien pienses que eres. No te liberarás de tus propias limitaciones a menos que te impregnes de quien Dios dice que eres. Para poder descubrir quiénes somos como mujeres y quiénes fuimos diseñadas a ser, debemos regresar al principio. Debemos examinar las intenciones e ingenio creativo de nuestro Creador. Necesitamos escuchar la opinión de Dios sobre el sexo femenino antes de que nos lastimen las expectativas injustas de las personas, se nos compare con modelos ridículos y se nos hiera con rechazo hiriente. Debemos descubrir cuál era la asignación que Él nos dio en el momento exacto en la historia en que creó a la primera mujer. ¡Continúa leyendo, amiga, continúa leyendo!
Escrituras
Acerca de este Plan
Nuestros rasgos externos y capacidades no son la esencia de lo que somos y nunca deben ser lo que defina nuestra vida. Debemos descubrir la evaluación de Dios sobre nuestro valor y verdadero potencial. Como mujer importante, se te anima a estar de acuerdo con lo que Dios dice que eres. La poderosa verdad sobre la identidad es que nunca te conocerás a ti misma hasta que te conozcas en Dios.
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