El final de mi ego por Kyle IdlemanMuestra

Débil para ser fuerte

Corrie ten Boom, en su libro Vagabunda por el Señor, cuenta sobre una mujer que conoció en Rusia durante la Guerra Fría, cuando los cristianos eran perseguidos.

La vieja mujer, Corrie escribió, estaba reclinada en un sofá. Estaba muy afectada por la esclerosis múltiple. Su cuerpo estaba torcido en varias direcciones y dependía de almohadas para apoyarse. No podía moverse, el tiempo de su esposo estaba consumido en su cuidado. El dedo índice de su mano derecha era todo lo que podía controlar, nada más.

Pero oh, lo que tenía ese dedo. Se movía por el teclado de una máquina de escribir todo el día hasta entrada la noche escribiendo palabras, oraciones y párrafos al traducir la Biblia y otros libros cristianos al idioma ruso.

Su esposo notó que por lo general tomaba un largo tiempo que ese arrugado y viejo dedo ajustará la tecla, pero ahí se movía, letra por letra, por los libros de la Biblia.

Luego Corrie ten Boom llegó a visitar. Miró a la esquelética y retorcida figura enmarcada en el sofá, y se llenó de compasión. Oró: “Oh, Señor, ¿por qué no sanas a esta pobre mujer?”.

El esposo vió cuán conmovida estaba la visita y dijo: “Dios tiene un propósito en su enfermedad. Todos los cristianos de la ciudad están siendo investigados por la policía secreta. Pero como ella estuvo enferma por tanto tiempo, nadie viene a investigarla. No nos molestan, y ella es la única persona que puede traducir sin ser detectada por la policía.”

Es inexacto decir que Dios trabajó a pesar de su enfermedad. La verdad es que de una manera poderosa, Él fue glorificado a través de su enfermedad. Tú sentirías pena por ella, tal como yo. Pero, eso por lo que oraríamos y desearíamos que desaparezca, lo que aparentemente destruía su vida, la punzante espina causante del dolor, era un lugar sagrado que permitía que una muy débil mujer se convierta en un pilar de fortaleza en el Reino de Dios.