El final de mi ego por Kyle IdlemanMuestra

Roto para estar entero

Las charlas TED de la socióloga Brene Brown sobre vulnerabilidad, han acumulado más de quince millones de visitas

. Un factor importante en su popularidad es la simple verdad de que, aunque lo neguemos, añoramos la libertad de admitir que estamos rotos. No nos damos cuenta que debemos hacerlo. Es una verdad para todos y mas aún para los que no lo notan.

Brown nos ayuda a ver que no estamos solos. Nos dice: “somos ‘esas personas’. La verdad es que…somos los otros. La mayoría dependemos de un sueldo, tenemos un divorcio, un hijo drogadicto, un enfermo mental, una enfermedad grave, un asalto sexual, indulgencia con la bebida, una noche de sexo sin protección, o nos falta un romance para ser “esa gente”—aquellos en quienes no confiamos, los que compadecemos, los que no permitimos que jueguen con nuestros hijos, a los que les suceden cosas malas, los que no queremos que sean nuestros vecinos”.

Existen muchas voces que nos instan a mantener las apariencias, si no lo hacemos, nuestra vida se desmorona.

Existen muchas voces que nos instan a pasarlo bien, si no atraemos malos pensamientos, lo malo no va a suceder.

Por esto la gente de nuestro tiempo se ha convertido en maestra de la ilusión, experta en ocultar el dolor, fármaco dependiente, esclavos de la deuda, seguidores de manías, participantes de la soledad. No nos damos cuenta de que la única solución para estar roto es… estar roto.

La buena noticia es que Dios transforma lo roto en entero. Él toma lo ignorado, lo devaluado, lo dejado fuera, lo anulado, lo dañado y destruído y luego hace lo que sólo Él puede hacer.

Dios ama transformar lo roto en belleza.

Jeremías 18:4-6 es una bella imagen de Dios sentado ante el torno, mirando la imperfecta pieza de cerámica, negándose a desecharla. El alfarero hizo otra vasija “hasta que le pareció que le había quedado bien”. La misma arcilla, las mismas rajaduras pero todo hecho de nuevo. Sin el montón de basura. El arte con un pedazo de arcilla es ilimitado.

Mi oración es: “Dios, toma mis pedazos rotos para moldearlos en lo que mejor te plazca”.