El Fruto del Espíritu Muestra
Fe, Mansedumbre y Dominio Propio
Esta es la paradoja de la vida cristiana. Debemos renunciar al control de uno mismo para tener autoconcontrol. — Andy Mineo
Fe es ser dependiente en nuestra relación con Dios y con otros. Es escoger ser fieles a nuestra palabra y mantenerla con nuestras promesas. La fe posee la constancia, la devoción, la fidelidad y la firmeza en todas sus interacciones. Es ser confiable en un mundo que no lo es. La gente de fe no es desleal y tampoco es ligera con sus compromisos.
Mansedumbre es permitirle a Dios lidiar con los otros para que no tomemos el asunto en nuestras propias manos. Se dice que la mansedumbre es la gracia del alma. La mansedumbre implica esta calmado, sereno y tranquilo. Ser manso no significa que alguien sea débil, todo lo contrario—toma mucha fuerza ser manso cuando la carne quiere lo opuesto. La gente mansa no es dura ni tampoco insensible.
Dominio Propio es ser capaz de mantenerse bajo control. Es no dejar nuestras circunstancias nos hagan perder el control. El dominio propio muestra moderación, templanza y disciplina. Es escoger, bajo gran presión, buscar lo importante en lugar de lo urgente. La gente que tiene dominio propio muestra sobriedad y no es impulsiva.
Reflexión
- ¿Algunas de las descripciones sobre fe, mansedumbre o templanza te anima o reta?
Acerca de este Plan
El Espíritu Santo deDios desarrolla y muestra Su Fruto en nosotros cuando damos nuestras vidas a Dios. Cuando lo seguimos, Él empieza a hacer en y a través de nosotros lo que solo Él puede hacer: hacernos como Jesús. En este plan, nos adentraremos en cada aspecto del Fruto del Espíritu así como aprenderemos cómo vivir nuestras vidas guiadas por Él.
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