[Serie Salmos] Quédate quieto y conoceMuestra

Profundicemos en nuestros corazones

¿Alguna vez has estado de vacaciones y cuando vuelves a casa necesitas vacaciones de tus vacaciones? Eso sucede porque nunca nos detenemos a descansar. Necesitamos tener una mentalidad de Sabbath, donde dejemos descansar nuestro corazón. Podemos tener un Sabbath, un día de reposo, para alejarnos de todo y descansar para pensar realmente en nuestra vida.

La quietud, profundiza nuestros corazones y nuestras vidas, profundiza lo que somos. La quietud, profundiza nuestra relación con Dios; profundiza nuestra relación y comprensión del cansancio, la alegría, el dolor o la ira que tenemos cuando realmente reflexionamos en serio.

La abuela de mi esposa cumplió 100 años. Celebramos su cumpleaños 100, y fue un tiempo absolutamente maravilloso. Mi familia y yo estábamos sentados en la sala con Oma, es como la llamamos, cuando vi un almohadón en su sofá que tenía el Salmo 46:10: «Quédate quieto y conoce que Yo soy Dios».

Yo dije, «Oma, ¿me contarías la historia de este almohadón?»

Ella dijo, «Oh sí. Recuerdo cuando Opa (el abuelo) fue diagnosticado con cáncer. Se fue a dormir esa noche y actuó como si no estuviese preocupado por nada. Yo caminé toda la noche, preocupada porque él tenía cáncer. ¿Qué pasaría? ¿Qué tendremos que hacer? Y entonces, a la media noche, mientras yo estaba allí caminando mientras oraba, escuché este versículo en mi mente: “Quédate quieta y conoce que Yo soy Dios”».

Ella acotó, «No hay manera que fuera algo distinto a Dios hablándome. Yo no sabía la referencia bíblica de dónde estaba este verso. Yo solo supe que lo leí antes en alguna parte. Quédate quieto y conoce que yo soy Dios. Escuché ese versículo y entonces me metí a la cama y dormí como un bebé».

Dios profundizará tu corazón. La profundidad y paz del Señor vienen no justamente a las dos de la tarde, vienen a las dos de la mañana. No vienen solamente en la fiesta de celebración del cumpleaños número 100; vienen cuando se dio el diagnóstico de cáncer. 

Oma tiene 100 años, y ella ha caminado con esa verdad desde que le fue dicho: Quédate quieta y conoce que Yo soy Dios.