Una mujer importante: Descubriendo el propósito Muestra

Empoderada para luchar 

Cuando entiendes la identidad que Dios te ha dado y finalmente estás lista para caminar hacia tu destino con Su presencia y poder, entonces el Señor hace un anuncio sorprendente: ¡estás llamada a luchar! Ya no eres más una reservista, sino que has sido reclutada para el servicio activo en el ejército de Dios.

Al final de la conversación emocionante y de cambio de vida que Jeremías tuvo con su Creador, el Señor realmente dijo, “Ah, por cierto, Jerry, así como te asigné una identidad específica y un llamado único, también te asigné batallas personales. Pero no te preocupes, Jerry, Mi muchacho, ¡ganarás cada batalla en que la que luches en Mi fortaleza! ¡Bien hecho, Jerry! Y te prometo permanecer contigo y rescatarte de cada estrategia del enemigo. Todo está bien, Jerry; ¡todo está bien!”

Nuestro destino está ciertamente lleno de un propósito sorprendente, oraciones respondidas, y sueños hechos realidad, pero también está salpicada con dardos de fuego del enemigo. ¡Has sido empoderada para derribar las puertas del infierno, y caerán! En los planes y propósitos de Dios para tu vida, te han asignado resistir al enemigo y destruir los planes del mal que ha pensado en tu contra.

¡Es verdad! Aunque todos tenemos llamados personales y destinos increíbles cuando nos asociamos con el Señor, también creo que Él nos asigna batallas. En las décadas de mi vida, me han asignado batallas que han amenazado con distraerme, confundirme y arruinarme, pero en lugar de eso, las he usado como trampolín para un ministerio mayor.

Saber que se te ha asignado el derribar fortalezas y conquistar sobre la opresión es lo que hace que los asuntos difíciles en la vida valgan la pena y sean significativos. Las batallas que enfrentas no son para retroceder ni temer. ¡Las batallas deben sacar lo mejor de ti! Las batallas deben cultivar el poder de Dios en tu vida. ¡Tal vez tus batallas fueron predestinadas para ser tu mejor momento! Puede ser que cuando te encuentras en medio de una situación devastadora, como Ester en la Biblia, el Espíritu Santo te susurre al oído, “¡Naciste para un momento como este!”