SaraMuestra
La duda humana
El anuncio final relacionado con esa promesa especial vino de una manera poco común. Tres hombres visitaron a Abraham y a Sara, sin duda eran dos seres espirituales y una manifestación física de Dios mismo.
Es posible que la risa de Sara al oír el anuncio de que tendría un hijo dentro de un año se produjo porque no se daba cuenta de que Dios estaba presente para recordarles su pacto con ellos. Su atención se fijó en su condición física y en la de su esposo. Pensó: “¿Cómo puedo tener un hijo? He sido estéril toda mi vida. Aunque pudiera tener hijos, ya pasó la edad para tenerlos. Abraham tampoco puede. Él es demasiado viejo”. Y se rió.
La reacción de Sara indicó una lucha dentro de ella para creer en las promesas que Dios había hecho años atrás. Aunque Sara no dijo nada en voz alta y se rió sola, Dios leyó sus pensamientos. Cuando Dios le dijo a Abraham que Sara se había reído, fue evidente que ese visitante no era un viajero cualquiera.
A diferencia de la anterior vez en que Dios prometió descendencia a Abraham, ahora la promesa tenía fecha de caducidad e iba dirigida a Sara, de forma específica. “Tu tiempo de espera se ha acortado, sólo falta un año”, que seguro para Sara fue una eternidad, pero que al mismo tiempo dejó de ser incierto. Por fin pasaría. Cada día era un día más cerca de la promesa para su vida.
No siempre entendemos lo que Sara vivía, no solamente era el deseo frustrado de ser mamá. En la época de Sara una mujer estéril era considerada inútil, su condición era menor que la de otras personas, porque no había sido tenida por digna de cumplir con su función como mujer. Así era entonces, así era el pensamiento de la época. Recibir la promesa de un hijo la reivindicaba como mujer y como humana, le mostraba que su vida tenía propósito. Dios tiene poder para rescatar lo que hemos dado por perdido.
Cuando somos confrontados por circunstancias abrumadoras, es posible que el desánimo venga y deseemos abandonarlo todo. Muchas cosas son imposibles para el hombre, pero nada es imposible para Dios. Esa situación es un ejemplo perfecto. Era imposible que Sara tuviera un hijo, pero no era imposible para Dios hacer un milagro.
- ¿Qué cosas sientes que son “imposibles” de suceder en tu vida?
- ¿Qué diferencia hay entre un anhelo de tu corazón una promesa que Dios te haya hecho?
- ¿Qué promesa de Dios aun no se cumplió en tu vida?
- Lee Mateo 19: 26, ¿qué esperanza específica te proporciona esta Palabra?
Escrituras
Acerca de este Plan
Ansias por una promesa que no termina de cumplirse. Una idea ridícula que termina en una gran herida. Dios sanando errores y cumpliendo su Palabra. Parece tu historia. Encuentra esperanza en las promesas de Dios, Él cumplirá cada una.
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Nos gustaría agradecer a Jazôn por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jazon.info/