Pedro sin filtroMuestra

  

Afuera hay viento.

Pedro había logrado salir de la barca. Su entusiasmo, su valentía, su fe, lo habían hecho vencer la resistencia a la comodidad, a la pasividad, al temor. Pedro era ahora, el único que había logrado ver la oportunidad. Era quien mirándolo le dijo SI, yo creo en ti.

Pedro le había dicho que si a lo nuevo, a ese sueño, a ese proyecto, a esa nueva etapa, ese nuevo trabajo, ese nuevo estudio. Le había dicho que si a Jesús, y también, SE había dicho que sí.

Pero luego la biblia dice que “se dio cuenta” de algo que siempre estuvo ahí. Sintió el viento.

La parte donde se prueba y consolida nuestra personalidad no es cuando salimos de la barca, sino cuando sentimos el viento.

El viento es quien nos lleva a la realidad. Quien nos muestra que no solo es entusiasmo y fuerza, sino que hace falta algo más. Hace falta fe. Hace falta creer que aquel que me invito a salir de la barca, estará conmigo ahora, al sentir el viento.

El proceso de crecer y expandirnos no depende tanto de cuanto salgamos de la barca, aunque es clave obviamente, sino de qué hagamos luego de sentir el viento. Será lo que nos ayude a afirmarnos y crecer, o quien nos devuelva a la comodidad, pero ahora frustrados.

Sentir el viento, la oposición, no es el problema. Es que vas a hacer después.

El viento no se va a calmar. La invitación de Jesús es a caminar a pesar del viento. Porque de eso se trata la vida. Así se lo dijo un ex carpintero a sus amigos al despedirse, “En la vida habrá muchos problemas, pero no se preocupen, confíen, yo los vencí”. 

Jesús está presente. Él es quien controla el viento.