Mi Tiempo Con DiosMuestra

¿Has recibido malas noticias?

Estoy triste en esta mañana. Una amiga mía recibió esta semana la noticia  de que tiene cáncer. Es bastante grave y en este momento, el pronóstico es incierto. Ella y su esposo tienen dos hijos pequeños y ambos tienen treinta años y un poco más. ¡Trágico por decir lo menos!

Cuando escuchamos noticias como esta, ¿cómo debemos reaccionar? Mi primera reacción fue llamar al esposo, quien ha trabajado para nosotros desde que tenía 17 años. Luego comencé a orar y lo he estado haciendo varias veces al día. Cada vez que vienen a mi corazón y eso es con frecuencia, ¡oro! ruego por el consuelo divino de Dios y Su gracia para hacerse cargo de esta situación. Oro por sanidad (preferiblemente un milagro), los médicos correctos, el diagnóstico preciso y sabiduría para que la familia tome decisiones. Me ofrecí a hacer todo lo posible para ayudarles, aunque sé que no puedo hacer mucho, excepto "estar ahí."

Prometí que estaríamos allí para ellos durante todo el camino, y creo que eso significa más para las personas de lo que podemos entender. No tenemos que sentir la presión de dar respuestas o consejos que no tenemos. Ayudamos a las personas que están sufriendo muchísimo cuando no las "olvidamos" en su dolor, especialmente si por lo que están pasando les tomará un tiempo para superarlo.

La Palabra de Dios enseña que somos más que vencedores (ver Romanos 8:37) y creo que eso es cierto. Para mí, significa que podemos saber incluso antes de que comience la dificultad, que al final, tendremos la victoria y Dios nos consolará durante todo el proceso. Él nos habilitará, nos fortalecerá y nos sostendrá en cada paso del camino. Sí, lloramos, sentimos un dolor inimaginable, y podemos confundirnos y hacer preguntas que no se pueden responder en ese momento, pero a pesar de todo, ¡Dios está allí, dándonos la seguridad de que somos amados!

Oración:

Padre, por favor consuela a todas las personas que están sufriendo hoy. Tú eres quien nos consuela en nuestra aflicción, y confiamos en que Tú nos darás gracia y más gracia para mantenernos firmes, incluso en medio de la tragedia.