Huir, Luchar, o PerdonarMuestra
"Faltaba muy poco para que empezara la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que se acercaba el momento en que dejaría este mundo para ir a reunirse con Dios, su Padre. Él siempre había amado a sus seguidores que estaban en el mundo, y los amó de la misma manera hasta el fin" (Jn.13:1).
Tres años y medio habían vivido los discípulos con Jesús. Dejaron trabajos, familias, empresas, ciudades... Todo por seguir al maestro y atender el llamado a participar en el establecimiento del reino del Hijo de Dios en esta tierra. Tres años y medio donde aprendieron a convivir los unos con los otros, personas tan complejas y diferentes.
Piensa en esto, tres años y medio, donde Jesús soportó y amó al sanguíneo colérico de Pedro, a los temperamentales Juan y Santiago, apodados hijos del trueno, y a María de Magdala, una mujer de dudosa reputación.
Tres años y medio donde Jesús amó al analítico melancólico de Mateo, en otro tiempo odiado por su nación debido a su servicio a Roma como recaudador de impuestos. Entre los que Jesús llamó para ser sus discípulos, había un Zelote, en términos de hoy, un ex guerrillero o alzado en armas.
Ni que hablar del incrédulo - racional de Tomás, que necesitaba constantemente pruebas de que Cristo era el Mesías. Tres años y medio, donde los discípulos, sin importar su condición, incluso su pasado, pudieron experimentar en carne propia el furioso y extravagante amor del Padre Celestial por cada uno de ellos, por medio de la Gracia de Jesucristo.
Querido amig@, ¿nunca te has preguntado cómo hizo Jesús para caminar con un grupo de personas tan diferentes y complejas a la vez?
En un mundo lleno de diferencias y complejidades, seguir el ejemplo de Jesús implica cultivar la empatía y la comprensión hacia los demás, reconociendo nuestra conexión compartida como seres humanos, "quebrados, distorsionados", vulnerables.
Las relaciones interpersonales son una parte esencial de nuestra vida. Todos tenemos relaciones gratificantes y sanas. Pero, desafortunadamente, también contamos con esas relaciones que son fuente de frustración. ¿Qué deberíamos hacer? es la pregunta. ¿Huimos, luchamos, o perdonamos? Acompáñanos en este plan de tres días para encontrar la respuesta según las Escrituras.
Con amor en Cristo,
POR, Juan Carlos Calle y equipo Conectar Global
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Escrituras
Acerca de este Plan
Las relaciones interpersonales son una parte esencial de nuestra vida. Todos tenemos relaciones gratificantes y sanas. Desafortunadamente, también contamos con esas relaciones que son fuente de frustración. ¿Qué deberíamos hacer? ¿Huir, luchar, o perdonar? Acompáñanos en este plan de tres días para encontrar la respuesta en la Biblia.
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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://conectar.conociendoadios.net/