¿Qué espera Dios de ti realmente?Muestra

Honra al Señor

Honra al Señor con tus riquezas

y con los primeros frutos de tus cosechas.

Así tus graneros se llenarán a reventar

y tus bodegas rebosarán de vino nuevo.

Este es un pasaje clásico sobre dar, dice «honra al Señor» y no solamente «da al Señor». Sí, nosotros damos al Señor, pero hacemos mucho más, lo honramos, lo adoramos. Traemos un corazón con gratitud profunda en el Señor quien nos hizo y nos ama. Esta perspectiva, de honrar a Dios con nuestras dádivas, es todo.

Precisamente porque nosotros estamos honrando al Señor y no solamente dando dinero, es que traemos nuestras primicias. No traemos las sobras. No damos propinas a Dios con un regalo simbólico. No damos a regañadientes por obligación. No, nosotros honramos a Dios con nuestros primeros frutos. Damos primero a Dios porque él está primero en nuestras vidas. No esperamos hasta que nuestras cuentas sean pagadas. No, justo lo contrario, antes de nada y de todo lo demás, adoramos a Dios con nuestras dádivas y entonces, declaramos con nuestras acciones que Dios es primero en nuestras vidas. 

Cuando honramos a Dios de esta manera, Dios nos da una promesa. Él nos dice: Te bendeciré. Te cuidaré. Proveeré para ti. Derramaré abundantes bendiciones en ti. Esto no sucederá inmediatamente. Pero eventualmente, de alguna manera, en algún momento, Dios derramará abundantes bendiciones sobre ti.

A través de los años y sobre los siglos, con todo tipo de personas en todo tipo de situaciones, Dios ha demostrado ser fiel. Esta es una aventura para experimentar y una aventura de fe, ver a Dios pasar por ti. No vivas tu vida y te pierdas la aventura de fe más emocionante. 

Honra al Señor. No te limites en darle. ¡Hónralo! Honra al Señor y luego mira lo que Dios hace.