Claves para el devocional de niños: Cuenta tus bendicionesMuestra

EL JUEGO DE LAS QUEJAS

"Declan," dijo su mamá, "¿vienes a secar estos platos, por favor?"

"¿No puede hacerlo Dara?" preguntó Declan. "¡Estoy harto de secar los platos!"

Dara torsió los ojos. "Siempre estás harto de una cosa o de la otra".

Papá levantó la vista de su computador. "Parece que nos enfermamos con mucha frecuencia por aquí", dijo. "Somos tan malos como los israelitas, que se quejaron constantemente a pesar de todas las cosas buenas que Dios hizo por ellos".

Mamá asintió. "Tengo una idea para un juego que podemos jugar y nos ayude a aprender a dejar de quejarnos y refunfuñar. Cuando uno de nosotros sea sorprendido diciendo que estamos hartos de algo, tenemos que decir una cosa por la que estamos agradecidos."

"Está bien", dijo Dara. "¡No me atraparás!"

Pero todo lo que dijo Declan fue: "¡Huh!"

Al día siguiente, Dara entró a la escuela con una mochila abultada. "¡Estoy tan harta de toda esta tarea!" dijo ella.

"¿En serio?" respondió Declan. "¿Y por tu tarea estás agradecida?" preguntó con una sonrisa.

"¡Oh no!" Dara sonrió y sacudió la cabeza. "Creo que estoy agradecida de que me ayude a entender más lo que estamos aprendiendo en la escuela".

Un poco más tarde, Dara se tropezó con su hermano mientras caminaba hacia la mesa con un vaso de leche. "¡Nunca miras a dónde vas!" dijo él, agarrando una servilleta para limpiar la leche de su camisa. "¡Me da asco!"

"Lo siento, Declan", dijo Dara. Entonces ella sonrió. "¿Pero por qué estás agradecido por mí?"

Declan pareció sorprendido por un momento. "Bueno, supongo que estoy agradecido que no somos gemelos", finalmente dijo.

Dara escupió y comenzó a seguirlo.

"Está bien, está bien", dijo Declan con una sonrisa, deteniendo su persecución alrededor de la mesa de la cocina. "Estoy agradecido de que siempre estés dispuesta a asumir mis tareas cuando estoy enfermo".

Dara sonrió. "Eso está mejor."

"Ustedes parecen estarle cogiendo el truco a esto", dijo mamá, que había visto todo desde la sala de estar. "Creo que este juego de quejas les está ayudando a ver las bendiciones que Dios ha puesto en sus vidas. Cuando nos concentramos en todo lo que Él nos ha dado, y todo lo que Jesús ha hecho por nosotros, pronto descubriremos que realmente no hay nada de qué quejarse".

— VERA M. HUTCHCROFT

¿QUÉ ME DICES TÚ?
¿Tienes la costumbre de quejarte y refunfuñar? Dios no estaba contento cuando los israelitas se quejaron en lugar de confiar en Él para cuidarlos, y no está contento cuando sus hijos se quejan hoy. Cuando te encuentres quejándote, detente y recuerda todo lo que Dios te ha dado, incluyendo a Su propio Hijo para morir por tu pecado. Luego piensa en una razón para agradecer a Dios por lo que te estabas quejando.

VERSÍCULO CLAVE
Haz todo sin quejarte ni discutir. (Filipenses 2:14, ERV)

CLAVE DE HOY
Convierte las quejas en gracias.