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Todos anhelamos amistades verdaderas. Hacen las cosas más divertidas y aportan un poco de significado a nuestras vidas. De acuerdo con este pasaje, una de las claves para tener amistades profundas y saludables es aceptar las faltas de cada uno y ofrecerse perdón mutuo. Al igual que Dios nos perdonó a través de Jesús, Él quiere que extendamos el mismo tipo de perdón a los demás, ¡incluso cuando sea difícil! Porque Él sabe que cuando lo hacemos, estamos dispuestos a abrirnos a nosotros mismos y a nuestras amistades para ser mejores a largo plazo. Intenta memorizar este versículo esta semana. Deja que sea un recordatorio de la forma en que has sido perdonado por Dios y una motivación para ofrecer ese mismo perdón a los demás.