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Ayer, vimos cómo Jesús reformuló la idea del descanso sabático como un regalo para disfrutar, y no como una ley para obedecer. Entonces, si el sábado fue, según Jesús, "hecho para el hombre" (Marcos:27), ¿qué necesita el hombre? Como vimos en la lectura del primer día, necesitamos un antídoto contra la inquietud, es decir, cambiar las cosas que drenan la vida por cosas que dan vida, practicar el agradecimiento y recordarnos cómo la obra de Jesús en la cruz nos libera de la presión de nuestro trabajo. 

Cómo y cuándo vamos a hacer estas cosas, es diferente de persona a otra. Con Jesús con el nuevo pacto, ya no estamos atados a un día particular de la semana para descansar de nuestra inquietud. Puedes "sabatizar" o descansar todas las noches después de llevar a tus hijos a la cama, o en las vacaciones de verano, o, según tu costumbre, en un día fijo cada semana.

Mi familia y yo aceptamos el regalo de un descanso sabático cada domingo, cuando intentamos hacer cosas que “dan vida” e intentamos lo mejor que podemos el detener todo esfuerzo y productividad. Para nosotros, esto es, no atender los celulares, comer las comidas favoritas, pasar más tiempo en la Palabra de Dios y disfrutar con la familia y amigos más cercanos. Pero lo más tranquilo para mí es suspender, por un día, intencionalmente cualquier conversación productiva. Eso significa no hablar sobre ideas para mi próximo libro, no planear próximas vacaciones y no discutir el calendario para la próxima semana. Por un día, lo mejor que podemos, descansamos y apreciamos las cosas buenas, el trabajo y las personas que Dios nos ha dado, sin entendernos de nada más.

Mi esposa y yo comenzamos a practicar el "sábado" hace unos años, y muy pronto se nos hizo evidente por qué Jesús dijo que el sábado es para el hombre y no al revés. El sábado es una oportunidad para descansar de la presión del mundo que requiere estar logrando, resolviendo, entreteniendo, gastando, publicando y haciendo. Es un día para mirar nuestra vida, nuestro trabajo y la cruz y decir con gran satisfacción: "¡Esto es suficiente!"

Este tipo de descanso no me resulta fácil. Ni siquiera cerca. Pero cuanto más practico estos descansos regulares, menos inquieto y ansioso estoy. Si estás inquieto como yo, te animo a que escuches a Jesús diciéndote que el descanso sabático esparapara ti. Ya no es un mandato legalista. Es un regalo que es más relevante hoy que nunca. Oro ara que lo abraces.

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