La pérdida no tiene la última palabraMuestra

Dios es Grande

Ningún personaje bíblico experimentó pérdidas como Job. Job lo perdió todo: su riqueza, su familia, su ganado, todo desapareció en poco tiempo. Incluso su salud comenzó a empeorar bastante al final, y la parte más difícil es que Dios permitió que todo esto sucediera a pesar de que Job era un buen hombre.

Al igual que con Noemí, la Biblia nos presenta una situación compleja que puede dejarnos confundidos: ¿Cómo pudo Dios hacer tal cosa? De hecho, Job también está confundido. Cuando busca a Dios en medio de su sufrimiento, dice: “He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré” (Job:23:8 RVR1960).

Las Escrituras nos muestran las respuestas de Dios y estas nos recuerdan cuán grande es Él en realidad. Él les recuerda a Job y a los lectores modernos que Él está creando algo mucho más hermoso de lo que jamás podríamos imaginar, al mismo tiempo que resuelve las cosas para Su gloria y nuestro bien. Aunque la historia de Job es complicada, ésta nos muestra que jugamos un papel pequeño en la narrativa gigantesca que Dios ha escrito. Incluso cuando las cosas no parecen tener sentido, o cuando son dolorosas y confusas, podemos estar tranquilos porque sabemos que Dios nunca perderá el control.