[Serie El Señor te mantiene a salvo] Camina con Dios cada díaMuestra
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¿Acaso hay algo que aflige tu corazón? El Apóstol Pablo en la carta a los filipenses, nos enseña qué hacer cuando hay aflicciones de cualquier índole en tu vida. Cuando Pablo escribió esta carta, se encontraba en la prisión y los creyentes de Filipos vivían persecución, es decir, era una época difícil tanto para los receptores de la carta como para quien la escribió. Por eso, hablar de aflicción era lo propio dentro de los variados temas que tocó el apóstol en la misiva.
Filipos era una ciudad importante de la provincia de Macedonia, tenía un estatus importante, al igual que Roma, tanto que sus ciudadanos tenían derecho a la ciudadanía romana. Pablo tuvo un gran tiempo en esa ciudad y después de algunas vicisitudes dejó una iglesia establecida. Principalmente por influencia de los judíos, el gobierno comenzó a perseguir a los creyentes y amenazó contra sus vidas. Por esta razón Pablo habla sobre la aflicción y cómo enfrentarla.
Lo primero que dice, es que no se aflijan por nada. Uno pensaría que si los están persiguiendo y metiendo en la cárcel sería un buen motivo de aflicción. Pero Pablo, dice no se aflijan por nada. Ni por persecución, ni por encarcelamiento, ni por ninguna otra cosa. Puesto que todo debe ser presentado delante del Señor, es decir que, si nos quedamos con la situación tratando de resolverlo nosotros, tendremos aflicción, pero si lo presentamos delante del Señor, las cosas serán diferentes, porque está en las mejores manos y no solo eso, sino que Dios entonces, les da la paz que tanto anhelan.
Tener paz en momentos de angustia, humanamente es inexplicable. Sin embargo, es posible porque es una paz que solo Dios da, que no está supeditada a las circunstancias sino a Su carácter. Por lo tanto, la enseñanza de Pablo nos afirma que en Dios tenemos paz. No cualquier paz, sino la que sobrepasa todo entendimiento. Aquella paz que supera las condiciones más duras de la vida. Aquella que permanece, sin importar cuánta aflicción exista. Esa paz que anhelan quienes no tienen la esperanza que tenemos nosotros, los hijos de Dios.
Oremos
Amado Padre Celestial, te agradezco infinitamente por Tu paz en medio de mi aflicción. Hoy dejo en Tus manos mi problema, mi angustia, porque es mejor Tu paz. Esta paz cuida mi corazón y mis pensamientos en Cristo Jesús, amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
Este plan devocional es parte de la serie «El Señor te mantiene a salvo», de American Bible Society. Veremos sobre el gran amor de Dios por ti. Las circunstancias son temporales, pero nuestro Dios permanece para siempre. Podemos depositar en Él toda nuestra seguridad, pues no falla, es Fiel, es la Verdad y Su amor permanece para siempre.
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Nos gustaría agradecer a American Bible Society / El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.americanbible.org/ |