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En el cielo

DÍA 2 DE 5

  

Cara a cara

En todo tipo de relaciones que tenemos en la vida, pasamos por etapas y desarrollamos diferentes niveles de intimidad. Miles de libros han sido escritos acerca de cómo lidiar con las relaciones y con los problemas de tipo relacional. El libro más publicado y leído de todos los tiempos, la Biblia, habla acerca de la historia de la relación del creador con nosotros, los seres humanos. Desde el principio al fin, desde Génesis a Apocalipsis, esta historia presenta los diferentes niveles de intimidad que solíamos tener, que perdimos y volvimos a tener con nuestro amado Padre. 

En el Jardín del Edén, Dios y los seres humanos caminaban, hablaban y pasaban tiempo cara a cara. De hecho, el nivel de intimidad era tan profundo que, increíblemente para nosotros, Adán y Eva estaban desnudos y no tenían vergüenza (Génesis 2:25). La vergüenza llegó después del pecado (Génesis 3:7). Es más, después de pecar, por primera vez tuvieron temor de Dios y se escondieron de Él, además de tener vergüenza de su desnudez (Génesis 3:8, 10, 11). Dios, en su misericordia, proveyó prendas para ellos, pero les prohibió la entrada al Jardín del Edén (Génesis 3:21, 23). El nivel más puro y alto de intimidad que Dios había destinado a tener con nosotros fue arruinado por el pecado. 

En el Antiguo Testamento, leemos que lo más cerca que los seres humanos podían llegar a Dios era a través de la adoración en lugares especiales que Dios destinó para ese propósito, y a veces solo en ocasiones especiales. En el desierto, el pueblo de Dios tenía el Tabernáculo y luego, Salomón construyó un templo. Pero nadie podía ver a Dios cara a cara (Éxodo 33:18-20, Isaías 6:5). Ni siquiera luego de cumplir con todos los requisitos que la ley de Dios explicaba con tantos detalles (Hebreos 9 y 10).

En el Nuevo Testamento, el libro de Hebreos nos explica magistralmente que a la luz de la muerte de Jesús en rescate por nosotros, y gracias a su resurrección, todos los requisitos de la ley fueron cumplidos. El sacrificio perfecto de Jesús nos dejó llegar a un nuevo nivel de intimidad con Dios. Ahora, adoramos en espíritu y verdad, y Dios vive en nosotros a través del Espíritu Santo (Juan 4:23-24, 1 Juan 3:24). Sin embargo, no podemos ver a Dios cara a cara como Adán y Eva en el Jardín del Edén.

La Biblia nos dice que un día todas las cosas serán restauradas, así como Dios nos prometió (Hechos 3:21, Juan 5:28-29, Apocalipsis 21:5). Podremos alabar a Dios cara a cara nuevamente (1 Corintios 13:12). No habrá más velo ni sombras. Tendremos un cuerpo glorificado, y podremos ver a Dios, hablarle y caminar junto a Él (Filipenses 3:21). No va a haber necesidad de un templo o una ocasión especial para estar con Dios. Él habitará en medio de nosotros (Apocalipsis 21:3).

Pensamiento del Día

¡Un día podremos ver a Dios cara a cara! ¡Toma un momento y deja que esta verdad llene tu vida! ¡Regocíjate!

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

En el cielo

Un día entraremos en la eternidad. No habrá más noche, no tendremos más problemas. El cielo brillará con la gloria de Dios, y le adoraremos cara a cara. En este plan devocional, nos enfocaremos en el desarrollo de una perspectiva eterna para nuestras vidas. Esto nos ayudará para que nuestras metas, planes y propósito, estén alienados con los planes y con las promesas eternas de Dios.

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Queremos agradecer al pastor principal de la Primer Iglesia Bautista de Houston, Gregg Matte y a El Centro Network por brindarnos este plan devocional. Para más información por favor visite: https://houstonsfirst.org y http://www.elcentronetwork.com/