Serie El sol - Ánimo en lugares oscuros Muestra

El velo

Los versículos sobre los cuales nos hemos estado enfocando en estos días cubren una serie de milagros que ocurrieron mientras Jesús estaba siendo crucificado. Uno de estos milagros fue la ruptura del velo del templo. En el Antiguo Testamento, antes de que Salomón construyera el templo, el pueblo adoraba a Dios en el tabernáculo. El tabernáculo era una tienda dividida en tres secciones: el atrio, el lugar santo y el lugar santísimo. Entre el lugar santo y el lugar santísimo había un velo. Nadie tenía acceso al lugar santísimo, excepto por el sumo sacerdote que podría entrar solo una vez por año (representando a los Israelitas ante Dios), y solo después de haber llevado a cabo una serie de procedimientos ceremoniales. 

El velo era un símbolo de la separación que existía entre Dios (santo) y la humanidad. Nosotros no teníamos acceso a la presencia de Dios por nuestro pecado. No había nada que pudiéramos hacer para ganarnos el favor de Dios y entrar en su presencia. El hecho más impactante en cuanto a la ruptura del velo es que primero, Dios quería asegurarse de que este evento quedara registrado para que todos puediéramos regocijarnos y celebrar el hecho que la separación entre él y nosotros había terminado en ese entonces y también hoy. Segundo, esto demostró que solo Dios podía restaurar nuestra relación, el velo se rompió en dos, de arriba hacia abajo. Jesús fue el único que pudo cumplir con todos los requerimientos de la ley, los cuales eran la “sombra” de lo que debía venir (Hebreos 10:1). 

La humanidad no podía llegar a Dios. La restauración de nuestra relación con Dios fue una iniciativa de Dios. En la cruz Dios irrumpió en nuestra oscuridad y la luz del mundo estableció un nuevo pacto. A partir de ese momento nos fue dada una mayor y amplia intimidad aún hasta hoy. Además, Jesús ahora vive en nosotros; nuestros cuerpos son templo de Dios. Así que cuando las dificultades inunden tu vida, recuerda que nada puede separate del amor de Dios que es en Cristo Jesús. Superarás la prueba. 

Confía en Jesús y permite que él te enseñe qué es lo que necesitas aprender en medio de las pruebas. No desperdicies las pruebas, acércate a la luz de Jesús donde todo es revelado. Él te mostrará el camino en medio de la tormenta por el poder del Espíritu Santo. 

Pensamiento del día

Podemos desarrollar una mayor intimidad con Dios en medio de las pruebas. ¡Acércate a Dios! Él comprende por lo que estás pasando y está dispuesto a ayudarte.