Escuchando a DiosEjemplo

Sentarse en la Presencia de Dios

Mientras nos enfocamos en la lección final el día de hoy, queremos ensamblar la mayoría de los conceptos que hemos cubierto en lecciones anteriores y repasar lo que es un tiempo de escuchar de Dios paso a paso. Este proceso se llama meditación o, como me gusta llamarle, sentarse ante el Señor.

Hay cinco pasos básicos en este proceso:

Apartar Tiempo- La meditación requiere comprometer tiempo. Te motivo a que pienses sobre esto como una temporada de tiempo. La longitud exacta de tiempo será determinada por tu propósito y tu estado al venir ante al Señor. Tu meta es tener tu mente comprometida a escuchar del Señor, no una mente que esté cerrada, nublada o abarrotada.

Aquietarse Ante el Señor- Fija tus pensamientos en el Señor. La verdadera quietud ante el Padre implica un sentido de relajación y de soltura total en Su presencia.

Recordar la Bondad del Señor- Mientras pasas tiempo en quietud del corazón ante el Señor, medita en la bondad de Dios. Revisa tu pasado, recordando todas las veces en las que Él te ha protegido, provisto, bendecido y cuidado de ti. Reflexiona el Señor mismo: Su grandeza, gracia y bondad. Trae a la memoria todas las promesas en su Palabra que hizo a todos quienes creen y confían en Él.

Hacer peticiones- Cuánto más significativo es hacer peticiones al Señor luego que hemos entrado a Su presencia con una mente y corazón comprometidos, habiendo removido los obstáculos del pecado o falso entendimiento que podrían impedirnos escuchar la voz de Dios claramente. Di tu petición tan simple como puedas, and ve al corazón de lo que quieres que el Señor haga por, en y a través de ti.

Someter Nuestra Voluntad a la Respuesta de Dios- Al hacer tus peticiones, está atento a cualquier orgullo en tu corazón, pidiéndole a Dios que lo quite. Ten cuidado de cualquier duda o incredulidad del poder o el deseo de Dios para contestar tu petición. Está consciente de que aún antes de Dios hablar puede haber una respuesta que salga de tu control. Pídele que ayude tu incredulidad, orando para que mantenga tu mente abierta, despejada y ordenada. Luego, siéntate ante Él y espera Su respuesta.

Cuando nos sentamos ante el Señor, meditando en Su verdad revelada a nosotros, vemos las cosas con una perspectiva diferente. Las cosas que antes ocupaban nuestra mente pierden su fuerza, nuevas cosas se despiertan en nosotros, nos sentimos más fuertes y más capaces de enfrentar la vida. El Salmo 36:9 asegura: "En tu luz veremos la luz". Hay acerca de Dios derramando su iluminación sobre algo que hace que veamos Su verdad claramente.

El apóstol Pablo oró para que a los efesios se les fuera dado un "espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él" (Ef. 1:17). He orado para que los ojos de sus corazones sean alumbrados para que puedan conocer cuál es la esperanza a la que Él los ha llamado, las riquezas de la gloria de su herencia y la supereminente grandeza de su poder hacia ellos (Ef. 1:18)