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El Corazón de la Teología de Pablo: Pablo y Los GálatasMuestra

El Corazón de la Teología de Pablo: Pablo y Los Gálatas

DÍA 2 DE 14

Falsos Maestros en Galacia: Gálatas 5:2

Recordemos que hasta el primer viaje misionero de Pablo, la iglesia cristiana había sido predominantemente judía. La iglesia primitiva comenzó en Jerusalén y se había abrazado firmemente a esta identidad judía. Consecuentemente, la entrada de los gentiles dio paso a todo tipo de problemas teológicos y prácticos. ¿Tenían que adoptar estos gentiles las tradiciones judías? ¿Tenían que guardar la ley de Moisés como se les requería a los creyentes del Antiguo Testamento? Este tipo de preguntas dio lugar a que se levantaran falsos maestros en Galacia. Estos maestros judíos surgieron con sus propias formas de tratar con los gentiles al insistir que deberían de ser circuncidados. 

Durante su viaje misionero Pablo no había circuncidado a los creyentes gentiles, pero en su ausencia los falsos maestros habían enseñado precisamente lo opuesto. Pablo sabía que Dios había ordenado la circuncisión para Israel y él no se oponía a la cincuncisión en sí. Pero en Galacia la circuncisión de los gentiles se había convertido en un asunto serio que Pablo no podía ignorar. Representaba una seria desviación al corazón del evangelio cristiano.

Veremos tres maneras en que Pablo creía que el insistir en la circuncisión de los gentiles cristianos reflejaba muy serios malentendidos de la fe cristiana. Primero, negaba la suficiencia de la muerte y resurrección de Cristo para salvación; segundo, demostraba una confianza impropia en el poder de la carne; y tercero, resultaba en división entre las iglesias de Galacia. Veamos primero la manera en que los falsos maestros habían negado la suficiencia de la muerte y resurrección de Cristo para salvación.

Del libro de Gálatas podemos suponer que los falsos maestros de Galacia veían la circuncisión como un sacrificio de sangre que capacitaba a los creyentes para vivir de una forma que agradara a Dios. Desde su punto de vista, los cristianos tenían que sumar la circuncisión a la obra salvadora de Cristo. Pero desde la perspectiva de Pablo esta creencia despojaba a la muerte de Cristo su verdadero y valioso significado. Es por esto que Pablo escribió estas palabras en Gálatas 5:2:

He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. (Gálatas 5:2)

Además de negar la suficiencia de la obra salvadora de Cristo, los falsos maestros de Galacia desafiaron el evangelio de Pablo al enseñar que los creyentes deberían de confiar en la carne para completar su salvación. Pablo se refirió expresamente a este problema en Gálatas 3:3 donde sarcásticamente hace estas preguntas: 

¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? (Gálatas 3:3)

El término griego dado como “por la carne” es sarx. Pablo acostumbraba usar el término “carne” (o sarx) para referirse al mero poder humano, y frecuentemente en conexión con formas humanas pecaminosas.

Cuando Pablo ministró en Galacia, su predicación había sido acompañada por exposiciones dramáticas del poder del Espíritu Santo. Era irrefutable que los Gálatas habían comenzado sus vidas cristianas en el poder del Espíritu Santo. Pero ahora, al volverse a la circuncisión, habían comenzado a depender en sus propias habilidades humanas para vivir de manera que agradaran a Dios. Irónicamente, esta confianza en las habilidades humanas de hecho los condenaba a la impotencia y al fracaso. 

  

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