Día 8: Sabbat

No es ningún chiste, estamos sobrecargados de trabajo, sobreprogramados y tenemos tantos compromisos, creo que estás de acuerdo conmigo. Hemos hablado de distracciones digitales y estar oprimidos por el desorden. Aún asi, la necesidad que tenemos del Sabbat va más allá de cada una de estas cosas. La necesidad del Sabbat es profundamente humana, un regalo que se nos dio al principio de la creación, una, llegaría a decir la - herramienta esencial para un alma saludable. Guardárlo es vida, y lo necesitamos ahora más que nunca. Para una cultura que adora la productividad, el día del descanso es la forma que Dios nos dice: alto.

Así que, ¿cómo guardamos el Sabbat? ¿Cómo podemos mantenerlo santo sin perder nuestros empleos, alejar a nuestras famlias o unirnos a un culto? Si hubiera un regalo que quisiera darte, sería ahorrarte los años de prueba y error que Daryl y yo perdimos mientras tratabamos de descifrar el código para guardar el Sabbat. Creimos que era complicado. No lo es. No es fácil guardar el descanso, como cualquier otra disciplina espiritual toma tiempo aprender. Pero, es increíblemente simple. Y Dios promete ayudarnos en cada paso.

3 Pasos para el Sabbat

1. Preparar la agenda Primero, debemos preparar nuestra agenda para tener un día de descanso. Como hija del Rabino Heschel, Susannah, dice: “Prepararse para un día santo, mi padre decía frecuentemente, es tan importante como el día mismo. Si no nos comprometemos de antemano a guardar el sábado, nuestro tiempo se llenará con trabajo, mandados, tareas y la vida. ¡Agendar el sábado es la parte más desafiante!
2. Preparar el espacio: Después de haber preparado la agenda, preparamos nuestro hogar. Si eres como nosotros, conforme la semana avanza, nuestro espacio se ve ... vivido. Ordena las cosas grandes, guarda los juguetes en cajones grandes (ayuda que ahora hay menos juguetes y menos cajones), amontona la ropa sucia donde no se vea, limpia la cocina, dedica espacio para guardar los dispositivos digitales, organiza comidas simples, recuéstate y relájete.
3. Preparar el alma: Finalmente, somos llamados por Dios a preparnos para el Sabbat. Si vas a comenzar las prácticas por primera vez, debes saber que suenan bien, pero hay que aprender bastante. Prepárare orando. Dile a Dios que Su día es para Él. Analiza qué elementos de adoración, juego, celebración y descanso te llenarían más y te acercarían a Jesús. ¿Sería un día en comunión con otros para adorar o una caminata solitaria? ¿Tiempo para leer un libro o desayunar con todos tus amigos?

Reflexión/Preguntas para Discusión

1. ¿Qué papel ha tenido el guardar el Sabbat en tu vida? ¿Cómo impactaría guardarlo regularmente a ti mismo, a tu familia, a tu trabajo y a tu hogar?
2. Courtney escribe: “Dios nunca respondió mis oraciones cuando pedía la habilidad de tener la energía para seguir sin descansar. Nunca lo hace". ¿Alguna vez pediste lo mismo? ¿Por qué detenernos es tan difícil? Cuando descansas, dejando cosas por hacer, ¿qué sentimientos surgen?
3. ¿Has estado cerca de caer agotado? ¿Estás agotado ahora? ¿Cómo podrías cambiar tu vida si aceptas el regalo de guardar el sábado?
4. Lea Éxodo 20:8–11. ¿Por qué guardar el sábado es un mandamiento? ¿Cuáles son las instrucciones para guardarlo? Eugene Peterson describe el Sabbat como tiempo para "orar y jugar." ¿Cómo se vería un sábado para ti? ¿Qué papel tendría la adoración? ¿Qué tipo de juegos le ayudan a relajarse?
5. Guardar el sábado es desafiante de maneras distintas en cada etapa de la vida. (Por ejemplo: los recién nacidos se rehusan a dormir, los padres mayores necesitan cuidados las 24 horas, un trabajo podría exigirle que trabaje el domingo, etc.) ¿Cuáles son los desafíos que enfrenta actualmente? ¿De qué maneras creativas podrías guardar los sábados regularmente, a pesar de los desafíos?
6. Saca tu agenda y haz un plan para guardar el sábado por cuatro semanas. Dedica esos días al Señor y prepárate para ver cómo Él se acerca, te bendice y te ayuda a descansar en la calma que descubrirás.