Perspectiva en el valle Muestra

El vendedor

Todos hemos experimentado esto antes. Sientes una punzada de hambre. Hay una máquina expendedora cerca. ¡Dejas caer dinero en la ranura y listo! Nuestra hambre se llena temporalmente. Muy a menudo, esto representa el alcance de nuestra relación con Dios. Cuando éramos niños aprendimos que Él estaba cerca y que podía ayudarnos. No lo necesitamos todo el tiempo, pero nos presentamos cuando hay algo que nos incomoda, hacemos nuestra solicitud y movemos los pies con impaciencia mientras esperamos que salga el premio.

Malinterpretamos versos como el hermoso Salmo que David escribió: Deléitate en el Señor, y Él te dará los deseos de tu corazón. Dios no es nuestra máquina expendedora cósmica. Pero Él quiere más para nosotros. Dios realmente quiere darnos los deseos de nuestro corazón porque gran parte de esos deseos fueron puestos por Él. Muchos de esos deseos están relacionados con el propósito por el cual te creó de manera única. Y la verdad, queremos más para nosotros mismos.

Leí una vez acerca de cuanto tiempo podemos pasar sin comer. La verdad es que la mayoría de nosotros nunca hemos experimentado el hambre real. Nuestros estómagos ligeramente insatisfechos envían una señal y los llenamos de inmediato. Como un niño que se lamenta y recibe un regalito. Y ahora, ese niño pequeño es un hombre adulto que ha sido condicionado a quejarse, llorar y lamentarse hasta obtener lo que quiere.

El Señor quiere que festejemos. Quiere que comamos lo que verdaderamente nos satisfará. Quiere darnos significado, propósito, pertenencia y amor. Estamos exigiendo bendiciones, sin ningún conocimiento real de el que Bendice. Realmente no conocemos al Vendedor. Es un tipo invisible que llena la máquina, ¿verdad?

¿Qué nos llevaría a abandonar este sistema? ¿Cómo sería buscar verdaderamente a Dios por quién es Él, no solo por las bendiciones que vienen a su paso? ¿Cómo sería ser consciente de nuestras verdaderas necesidades y de Aquel que cumple más allá de lo que podemos pedir o imaginar?

Su Palabra nos dice, que si buscamos a Dios con todo nuestro corazón, lo encontraremos. Te animo a que lo busques esta semana sin pensar en lo que puedas obtener de Él. Y sí, hay tanto que puedes obtener de Él. Hay tantas cosas que Él quiere para ti. Pero búscalo simplemente para conocerlo más. Para conocer su corazón un poco mejor.

Por favor, busca la cuarta parte de la Serie Globos Amarillos, En la vida, todos pasamos por diferentes temporadas. Algunos están en la cima de la montaña, la mayoría en las llanuras e incluso en el valle. Esta serie nos anima a elegir una perspectiva verdadera y piadosa en cualquier época de nuestras vidas.

Para profundizar más sobre el tema tratado en este plan devocional, lee el libro Globos amarillos de Tim Dunn. Puedes descargar el documento en inglés, desde  http://www.yellowballoons.net/   en el área de Descargas, con el código de acceso: Grace