Perspectiva en el valle Muestra

El tesoro de un dragón

En los libros de Narnia, Eustace tropieza con el tesoro de un dragón y decide adornarse con él. Cuando lo hace, desata un hechizo que lo pone a dormir. Al despertar, se transforma en el mismo dragón que representa el tesoro. Un brazalete de oro en particular, que se ajusta muy bien a la muñeca de un niño humano, ahora está tan apretado en el brazo del dragón, que lo lastima. Él está con un dolor insoportable; pero también desesperado por romper el hechizo.

La falsa percepción nos juega una mala pasada. Susurra mentiras, sugiriendo que agarremos el «tesoro del dragón», sin mencionar las consecuencias negativas. Aprovechando nuestros miedos y tendencia a la insatisfacción, nuestra percepción (la forma en que vemos las cosas) puede llevarnos a la búsqueda de tesoros, que nos atrapan muy fácilmente.

En el libro de los Corintios, el apóstol Pablo, dice que no hay tentación que enfrentemos que alguien más no haya enfrentado. No estamos solos. Es tan importante que entendamos esto: nunca estamos solos. Dios está con nosotros y es fiel. Pablo dice: Todo lo que necesitas recordar es que Dios nunca te fallará; Él nunca dejará que te empujen más allá de tu límite; Él siempre estará allí para ayudarte a superar esto. Mantengamos esta promesa en mente, mientras caminamos por los valles de la vida.

Elegir una perspectiva verdadera nos permite ver el valor correcto dentro de nuestro estado actual. Nos abre a la posibilidad del presente. Somos demasiado adictos a la idea de que nuestras mejores opciones están distancia de un día, de una específica circunstancia o de cierto escenario. Que, si algo cambiara, podríamos encontrar un tesoro, el perfecto atajo o aquella respuesta secreta, y todo estaría de repente y mágicamente bien. Como dragón, Eustace aprende el valor de sí mismo como un niño. Anhela poseer la influencia y la identidad que durante tanto tiempo dio por sentado. La circunstancia que más odiaba, lo llevó a salvarse de la «influencia del dragón».

Los tesoros externos son un espejismo. El valor que estás buscando, está dentro, en la persona que Dios te creó para ser. El descubrimiento de este secreto, es interno; ha estado mirándote cara a cara toda tu vida. Una verdadera perspectiva, puede ver incluso las circunstancias de dragón, como oportunidades para descubrir el mayor tesoro que jamás encontrarás: vivir una vida significativa, desde la fuente de su verdadera identidad como nueva creación en Cristo.

Para profundizar más sobre el tema de este plan devocional, lee el libro Globos amarillos de Tim Dunn. Puedes descargar la versión en inglés, desde  http://www.yellowballoons.net/   en el área de Descargas, con el código de acceso: Grace