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El ministerio de la excelenciaMuestra

The Ministry Of Excellence

DÍA 3 DE 3

Mediocridad: Un fracaso del amor

Cuando se le preguntó a Jesús cuáles eran los mandamientos más grandes, respondió: "Ama al Señor tu Dios...y...ama a tu prójimo como a ti mismo". Como vimos ayer, la excelencia en el trabajo es una forma en que cumplimos el mandato de Jesús de amar a Dios revelando Su carácter de excelencia a los que nos rodean. Como veremos hoy, la excelencia también es necesaria para mantener el segundo mandamiento en nuestro trabajo.

Como cristianos, no podemos decir que estamos buscando amar al prójimo como a nosotros mismos y luego hacer nuestro trabajo con mediocridad. Piensen en el ejemplo extremo de una médica cristiano. Mientras que esa doctora puede orar con sus pacientes, compartir el Evangelio con sus compañeros de trabajo y donar dinero a su iglesia, su forma más básica de ministerio es ser una excelente doctora. Si fuera una profesional médica mediocre, las vidas de sus pacientes podrían estar en riesgo. La primera responsabilidad de la doctora en su trabajo debería ser el ministerio de excelencia, que atiende a sus pacientes como mejor sabe, dándoles el mismo nivel de atención que esperaría para ella y su familia.

Ahora, para la mayoría de nosotros, la habilidad relativa de nuestro trabajo no va a significar la diferencia entre la vida y la muerte. Pero todos tenemos la oportunidad de obedecer el mandato de Jesús de amar a nuestros vecinos como a nosotros mismos, eligiendo hacer un trabajo excelente y yendo mucho más allá de los estándares mínimos requeridos en nuestros trabajos. Me encanta lo que dice Matt Perman sobre este tema: "El trabajo lento es como el vandalismo porque hace la vida más difícil para la gente, igual que el vandalismo. Los cristianos deben ser lo opuesto de vándalos y vagos en su trabajo. Debemos hacer un trabajo que realmente beneficie a la gente yendo más allá de hacer lo mínimo necesario. La excelencia en nuestro trabajo es en realidad una forma de generosidad y amor, y la mala calidad es una forma de tacañería y egoísmo. El trabajo en mal estado no es solo trabajo en mal estado; es un fracaso del amor."

Como cristianos, no deberíamos buscar hacer lo mínimo en nuestro trabajo para cobrar un cheque. Si creemos que nuestro trabajo es un llamado de Dios, trabajaremos de corazón, como trabajando para el Señor (Colosenses 3:23), buscando glorificar a Dios y amar bien a los demás siendo los más enfocados y excelentes médicos, empresarios, maestros, artistas, carpinteros, y ejecutivos que podamos ser. La excelencia en nuestro trabajo no es solo un medio para obtener algún beneficio personal. La excelencia es nuestra forma más fundamental de ministerio en nuestro trabajo. ¡Qué esta verdad te anime a concentrarte en perseguir el dominio de tu oficio, convirtiéndote en la versión más excepcional de ti mismo para la gloria de Dios y el bien de los demás!

Si disfrutaste este Plan de lectura, te encantará mi devoción semanal, que te ayudará a conectar más profundamente el Evangelio con tu trabajo. Regístrese aquí.

Día 2

Acerca de este Plan

The Ministry Of Excellence

Hay mucha buenas razones para buscar la excelencia en nuestro trabajo: La excelencia hace avanzar nuestras carreras, nos otorga influencia y puede conducir a oportunidades para compartir el Evangelio. Pero como mostrará este Plan de tres días, debemos buscar la excelencia por una razón mucho más fundamental—porque la excelencia es la mejor manera de reflejar el carácter de Dios y de amar y servir a nuestro prójimo como a nosotros mismos a tráves de nuestro trabajo elegido.

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Queremos agradecer a Jordan Raynor por proveer este Plan. Para más información, por favor visita: http://www.jordanraynor.com/excellence