El ministerio de la excelenciaMuestra
Proclamar las excelencias de Dios
El propósito de nuestro trabajo no es diferente al propósito de nuestras vidas, a saber, glorificar a Dios en todo lo que hacemos (1 Corintios 10:31). "Glorificar" es una palabra que lanzamos alrededor tanto que puede llegar a ser difícil de definir. Como dice John Piper, glorificar a Dios simplemente significa "reflejar Su grandeza" o revelar Su carácter a los demás.
Entonces, si el propósito de nuestro trabajo es revelar el carácter del Señor al mundo, ¿cuáles son exactamente sus características? La Biblia describe a Dios de muchas maneras, pero es Su carácter de excelencia creativa lo que quizás sea más visible para nosotros. No se puede contemplar el Gran Cañón sin maravillarse de la obra maestra de Dios. No puedes ir a un zoológico sin apreciar la supremacía creativa del Creador. Y no se puede tomar a un bebé de la mano y no mirar con asombro la excelencia que se necesita para hacer que millones de células se formen juntas para crear vida. Como vimos en el pasaje de ayer, el carácter de excelencia de Dios también brilló en la vida de Jesús en la tierra, con Sus contemporáneos maravillados de que "había hecho todo bien". Adoramos al Dios preeminente. Un Dios Perfecto. "Excelente" es una palabra demasiado trillada para describir al Dios del universo. Pero es lo más cercano que como simples mortales podemos esperar entender y alcanzar.
Como hijos de Dios, estamos llamados a ser portadores de imagen de nuestro Padre excepcional. En Efesios 5:1, Pablo instruye a la Iglesia "como hijos amados" a "ser imitadores de Dios." Comentando sobre este pasaje, el teólogo Andreas Köstenberger dice: "¿Cómo debemos responder a la excelencia de Dios? En resumen, debemos tratar de imitarlo y emularlo... Como hijos redimidos de Dios, debemos esforzarnos por ser como Dios. Esto, al parecer, incluye esforzarse por la excelencia". John Piper lo expresa de esta manera: "Dios me creó—y a ti—para vivir con una pasión única, que lo abarque tdo, que lo transforme todo, es decir, una pasión-para glorificar a Dios disfrutando y mostrando Su excelencia suprema en todas las esferas de la vida".
En otras palabras, glorificamos a Dios cuando imitamos su carácter de excelencia y al hacerlo proclamamos las excelencias del que te llamó de las tinieblas a su luz maravillosa (1 Pedro 2:9). Vivimos rodeados de oscuridad en un mundo que está desesperado por algo excelente y verdadero. Tal vez no hay "esfera de vida" más influyente para nosotros para iluminar la luz de Cristo que en nuestra obra elegida. Cuando trabajamos con excelencia, tenemos el gran privilegio de glorificar a Dios y proclamar Sus excelencias al mundo que nos rodea. ¡Adelante y haz tu trabajo con excelencia hoy!
Escrituras
Acerca de este Plan
Hay mucha buenas razones para buscar la excelencia en nuestro trabajo: La excelencia hace avanzar nuestras carreras, nos otorga influencia y puede conducir a oportunidades para compartir el Evangelio. Pero como mostrará este Plan de tres días, debemos buscar la excelencia por una razón mucho más fundamental—porque la excelencia es la mejor manera de reflejar el carácter de Dios y de amar y servir a nuestro prójimo como a nosotros mismos a tráves de nuestro trabajo elegido.
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