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El Credo de los Apóstoles: La IglesiaMuestra

El Credo de los Apóstoles: La Iglesia

DÍA 4 DE 14

Creyentes y no creyentes: 2 Corintios 13:5

En el Antiguo y el Nuevo Testamento, la iglesia de Dios nunca fue perfecta. En el Antiguo Testamento, algunos israelitas antiguos fueron fieles a Dios y recibieron las bendiciones de Dios. Pero muchos otros se rebelaron en contra de Dios en incredulidad y cayeron bajo sus divinas maldiciones. Esto lo vemos a través del Antiguo Testamento, pero es quizás más claro en los resúmenes de las bendiciones y maldiciones en el pacto de Dios, tal como las que encontramos en Levítico capítulo 26 y Deuteronomio capítulos 27 al 30.

Lo mismo es verdad acerca de la asamblea de seguidores de Jesús, la iglesia del Nuevo Testamento. Siempre ha habido incrédulos mezclados con creyente en nuestras iglesias. Por ejemplo, Judas fue infiel entre los apóstoles. Sabemos esto por lo que dice Juan 6:70 y 71, y también vemos esto en su traición a Cristo. La naturaleza mezclada de la iglesia también es evidente en las cartas a las iglesias en Apocalipsis capítulos 2 y 3. Estos capítulos en Apocalipsis tienen la expectación de que los verdaderos creyentes saldrán vencedores. Pero estos capítulos también advierten que aquellos que no salen vencedores demostraran la infidelidad de su corazón. Mucho de lo que aparece en la carta de 1 Juan está dedicada a distinguir entre los creyentes verdaderos y falsos en la iglesia. Aparte de esto, muchos otros pasajes advierten de falsos maestros en la iglesia, o animan a aquellos que profesan creer, a perseverar hasta el fin para probar su fe.

En 2 de Corintios 13:5, Pablo también reconoció esta verdad, y ánima a la gente a reflexionar en esto. Consideremos lo que él escribió:

Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados? (2 Corintios 13:5)

Pablo quería que todos reconocieran que cosas como membrecía en la iglesia, bautismo, y una creíble profesión de fe no son señales fiables de una fe salvífica en Jesucristo. La gente que nunca ha venido a Cristo en fe también hace estas cosas. Entonces, Pablo anima a la gente en la iglesia a examinarse a sí mismos, para asegurarse que ellos verdaderamente confiaban en Cristo para salvación.

Por supuesto, como seres humanos no podemos saber la condición del corazón de otra persona. Solamente podemos ver sus acciones y escuchar sus palabras. Entonces, muchas veces es imposible para nosotros saber quiénes son verdaderos creyentes. Pero el saber que puede haber incrédulos en nuestras congregaciones debería afectar la forma en la que nos vemos a nosotros mismos y a otros en la iglesia. Debemos recordar el mantener la enseñanza y la predicación del evangelio a toda la iglesia para que aquellos que no han llegado a la fe puedan ser salvos- a pesar de que no sepamos quienes son. Debemos de ser receptivos con aquellos en la iglesia que están buscando a Dios, sin desanimarlos a asistir a la iglesia a pesar de que no hayan confiado aún en Cristo. Y debemos de inclinarnos a ser pacientes con otros, sabiendo que hay una amplia diversidad en fe y madurez, incluso entre la gente que ha estado en la iglesia por mucho tiempo.

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Acerca de este Plan

El Credo de los Apóstoles: La Iglesia

Este plan de lectura examina la sanción divina de la iglesia, y los hechos de que la iglesia es santa, católica o universal, y una comunión.

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Nos gustaría agradecer a los Ministerios del Tercer Milenio por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://es.thirdmill.org/