Serie Fuerte en lugares rotos - El fracaso no es letal Muestra

Por su gracia

En este episodio final de la vida del apóstol Pedro y tal vez el más conocido de sus fracasos, Pablo nos dice en su carta a los corintios, que Dios puede hacer que toda la gracia abunde hacia nosotros para que podamos tener una abundancia para cada buena obra. Este tercer evento nos muestra que Dios, por su gracia, puede tomar incluso nuestros mayores fracasos y convertirlos en su gloria y para nuestro bien.

Preparemos el escenario, es la última noche de Jesús y ÉL está cenando con los discípulos en el aposento alto. Acaba de decir a los discípulos que se apartarán por causa de Él. Mientras su declaración se queda en el aire, Pedro da un paso al frente y declara que, aunque los demás puedan caer, él nunca lo hará. La respuesta de Jesús es que Pedro lo negará tres veces antes que cante el gallo, a lo que Pedro replica desafiante: «Nunca. Incluso si tengo que morir contigo, no te negaré».

Efectivamente, más tarde esa noche, después de que arrestaron a Jesús, Pedro tiene tres oportunidades para declarar que él es seguidor de Jesús y tres veces niega esta verdad. En el momento en que el gallo canta, Pedro sabe la profundidad de su fracaso. Sale corriendo y llora amargamente. Pero, afortunadamente, ese no es el final de la historia. 

Cuarenta días más tarde, después que Jesús apareció como el Señor resucitado, Pedro tiene la oportunidad de encontrarse cara a cara con su fracaso. Jesús resucitado se aparece a los discípulos de la misma manera en que se apareció a Pedro la primera vez, sobre una recreación del incidente de pesca, recordándole su primer fracaso y la lección de sabiduría.

Durante el desayuno, Jesús pregunta a Pedro tres veces (una vez por cada vez que negó a Jesús) si lo ama. Aunque Pedro se entristece por esto, lo vemos exhibir fe cuando responde que Jesús conoce todas las cosas y por lo tanto sabe que lo ama. Jesús convierte este fracaso en un gran bien para Pedro, para nosotros. Por gracia, da a Pedro la tarea de alimentar y cuidar a las ovejas de Jesús. En otras palabras, Pedro debe ser el pastor de este incipiente ministerio de la iglesia. Pedro experimentó gracia sobre la gracia de Cristo y en esa gracia sirvió. La lección aprendida es que la gracia de Cristo cubre todos mis fracasos.

Para obtener más de este plan, escuche la serie de podcast en inglés Strong at the Broken Places y descargue la Guía de estudio gratuita en http://www.gsot.edu/strong